Comedia en el D’A. Festival de Cinema d’Autor.
Primer aperitivo de Culturaca en el D’A. Festival de Cinema d’Autor de Barcelona. Tres comedias, cada una distinta pero todas entretenidas. Primero la excelente Frances Ha de Noah Baumbach, una joya que ninguno debería perderse. Segundo, la nueva de Michel Gondry, divertida y gamberra The We and the I y finalmente, una de atracos de la mano del inglés Rowan Athale y su debut cinematográfico, Wasteland.
Frances busca su sitio
Ya le gustaría a Woody Allen hacer una película como Frances Ha. Lo cierto, es que es el primer nombre que te viene a la cabeza como referencia tras ver la última película de Noah Baumbach. Algo de ello había también en Una Historia de Brooklyn. Tiene esa frescura de cuando Allen era Allen y no en quien se ha convertido últimamente. Fresca, divertida, inteligente y en blanco y negro, Frances Ha es la historia de Frances una bailarina que comparte piso con su mejor amiga y que está buscando su sitio en el mundo, en un Nueva York cool que puede que no sea tan cool como parece. Tiene sus dosis de comedia agridulce, esa mezcla que sabe mantener el equilibrio perfecto entre el lado amargo y el lado dulce de la vida. Gracias sobre todo a un guión exquisito escrito a cuatro manos con la actriz protagonista, una excelente, fresca y conmovedora Greta Gerwig.
Desde el primer momento vives identificada con Frances, entras en sus relaciones, sus cambios de vivienda, las amistades que van y vienen, su trabajo como bailarina, sus aspiraciones, las alegrías y las decepciones, la vives como una vida normal y corriente, como cualquier persona que te encuentras por la calle, que está sentada al lado tuyo en el metro o que ves cuando te levantas cada mañana al mirarte en el espejo. Una vida normal, o no tanto, gracias a los diálogos inteligentes que pueblan esta historia de descubrimiento personal, de las etapas que vive una persona mientras encuentra su sitio en la vida, mientras encuentra el camino que le lleva a donde quiere ir, casi sin darse cuenta, a veces incluso evitándolo y haciendo todo lo contrario a lo que le llevaría allí. Aunque quizás en ese preciso instante, es lo que necesita. Frances se busca a sí misma sin saberlo, en sus relaciones, en sus pasos de baile, en cada uno de los apartamentos en los que habita, en cada momento que vive. Hasta que encuentra su sitio. ¡Dios, tengo ganas de verla otra vez!
A destacar el breve cameo de Dean & Britta que además se encargan de parte de la exquisita banda sonora de la película. Ellos serán los catalizadores de ese viaje a París, del que no cuento nada más, pero que marcará un antes y después en la vida de Frances. Suena también el Modern Love de Bowie. Dan ganas de salir bailando del cine. Una pequeña joyita del tándem Baumbach-Gerwig que espero que ser repita y que merece la pena ver. No se os ocurra perdérosla.
Efervescencia teenager
La nueva película de Michel Gondry, The We and the I, es quizás la película menos Gondry que ha hecho, pero no importa. Aún así tiene un par o tres de escenas de esas en las que los sueños se convierten en realidad, una realidad distinta evidentemente y totalmente alocada. Gondry se ha lanzado a contar la historia de un grupo de adolescentes que vuelven a casa en bus tras el último día de clase en el instituto antes de las vacaciones de verano. 110 minutos en el que la acción se desarrolla dentro un autobús de línea invadido literalmente por una jauría de adolescentes con las hormonas disparadas y en plena etapa efervescente.
Divertida a raudales, nos cuenta la historia de cada uno de ellos, sus relaciones, sus disgustos, sus miedos, los diferentes grupos que se forman, el calladito que se pasa el día haciendo dibujos, los matones que siempre están molestando a los demás y que obviamente ocupan la parte trasera del autobús, la adolescente que celebra su fiesta de 16 cumpleaños y no sabe a quien invitar, la amiga de toda la vida que ya está a punto de enviarla a la mierda, el chico que pide una cita temeroso de ser rechazado,…En fin, los líos amorosos, las rencillas y peleas, sus miedos y sus anhelos. Y además Gondry lo hace de la forma más natural posible, mostrándonos como se relacionan dentro de un autobús. El director trabajó con un grupo de adolescentes del Bronx durante tres años para que ellos mismos fueran los que creaban sus propias historias, sus propias realidades y hacerlas así más creíbles.
Durante el viaje a tiempo real de este bus y sus diferentes paradas, entramos en la vida de estos adolescentes de una forma hilarante y divertida, pero real y cruda como la vida misma. Nos vemos atrapados en el caos que habita el autobús durante su trayecto. Sus pequeñas historias, algunas mejor enlazadas que otras, nos dan una panorámica bastante acertada con un lenguaje totalmente real de lo que es la vida de un adolescente medio. Menudo futuro nos espera cuando estos chavales crezcan.
¿El atraco perfecto?
En la gris Yorkshire, un seriamente magullado Harvey (Luke Treadaway) está siendo interrogado por un calmado Inspector West (Timothy Spall). Durante el interrogatorio, Harvey explica al policía la cadena de acontecimientos que le han llevado a esa situación. Hace pocas semanas fue puesto en libertad tras cumplir un año en prisión por posesión de drogas. Al salir tiene un objetivo claro, vengarse de Roper (Neil Maskell) el culpable de su encarcelamiento, un matón traficante de drogas que tiene atemorizado a medio barrio, para ello contará con sus tres mejores amigos (Iwan Rheon, Gerard Kearns y Matthew Lewis) con los que planeará el atraco a la caja fuerte que Roger guarda en un club social.
Esta es la historia del primer film como director del inglés Rowan Athale, Wasteland. Una película de atracos pero no como nos tienen acostumbrados. No esperemos grandes persecuciones y acción desmesurada, esta película va de otra cosa. Eso si, los giros argumentales estarán al orden del día. Algunos la han comparado con el Guy Ritchie de Lock & Stock o Snatch o con el mismísimo Tarantino, aunque este film tiene una trama más pausada que le da un toque diferente. Por encima de todo, resalta el excelente elenco de actores que dan vida a los personajes. La historia sin duda atrapa, pero hay un problema, hablan demasiado rápido y con un acento muy cerrado y leer los subtítulos a veces se hace misión imposible. Entretenida y divertida, si, pero nada más. Para pasar un buen rato.
[…] Anabel Vélez desde las páginas de Culturaca dice de The we and the I: “Durante el viaje a tiempo real de este bus y sus diferentes paradas, entramos en la vida de estos adolescentes de una forma hilarante y divertida, pero real y cruda (…) Sus pequeñas historias, algunas mejor enlazadas que otras, nos dan una panorámica bastante acertada con un lenguaje totalmente real de lo que es la vida de un adolescente medio”. […]