Miley Cyrus, de niña dulce a lengua zorrona

Hannah Montana se hartó hace tiempo de ser una princesa Disney. Aquella estrella teen a la que toda adolescente del planeta quería imitar, con su melena rubia al viento y su carita de niña buena que no ha roto un plato en su vida, ha muerto. Miley se la ha cargado, pero no de un plumazo, sino dándole una muerte lenta y dolorosa. La ha matado bien matada. Muerta y enterrada. Ahora Miley se dedica a hacer twerking en los premios de la MTV y a enseñar la lengua a diestro y siniestro como si sufriera del síndrome Gene Simmons, pero sin el arte con el que Mr. Simmons enarbola su apéndice “más famoso” como miembro de Kiss. ¡Ay, qué le pasará a la pobre Miley que nos tiene tan preocupados! Pues le pasa que se le atragantó el algodón de azúcar y las coletas de colegiala, como le pasó a sus antecesoras Britney Spears y Christina Aguilera. Para quitarse de encima el sambenito de niñas Disney no se les ocurre otra forma que pasar de niñas a zorronas descarriadas en cinco nanosegundos. Dentro de poco Miley se rapará el pelo al cero, vagará erráticamente por las calles, saldrá vestida con harapos (si es que no lo está haciendo ya),… como hizo su querida Britney hace años y que la llevo directa al rehab como lo llaman los yanquis. Ay Miley, tus afligidos padres no sabrán que te está pasando y al final pasarás por la consabida clínica de rehabilitación por la que toda estrella de Hollywood que se precie tiene que haber pasado. Aquí antes de la fase destroyer, cual angelito caído del cielo.

¿Por qué las niñas Disney quieren quitarse el sanmbenito Disney de encima precisamente siguiendo otro patrón calcado pero para adultos? ¡Que ser poco original! Porque no nos engañemos, todo eso de la poca ropa, la provocación y demás ya lo inventó Madonna y vosotras no sois nada más que una copia barata de la reina del pop. ¿Es que no tenéis personalidad? Puestos a pervertirse y volverse algo totalmente diferente a lo que eras para el público, haz algo totalmente diferente, rompedor, único. ¿Es pedir mucho? ¡Se aceptan sugerencias! “Ex estrella Disney teen busca romper con su pasado desesperadamente, no se aceptan planes de zorrona, cambio radical pero con dos dedos de frente. Interesados, llamar aquí”. Parece que todas habéis contratado al mismo asesor de imagen, previo despido de vuestro padre como manager. Ya podéis echarle arrestos, porque te guste o no, Madonna no hay más que una y en contra de lo que pueda parecer, tiene la cabezita muy bien puesta sobre los hombros. No como vosotras.

Todo este rollo viene a cuento porque estoy harta de ver hasta en la sopa a la Cyrus enseñándome la lengua en diario, revista, televisión, página web, red social que veo. Pero harta de estar jartita hasta más no poder. El otro día Mr. Jonathan Scott Silver bromeaba en su who say sobre la imagen de Miley Cyrus con el martillo de marras en su nuevo videoclip, en el que a parte de pasearse en bolas sobre una bola de demolición, la ex Hannah Montana se dedica a chupar martillos como si de un polo se tratase. ¿Y la música dónde queda? Por lo menos me reí un rato, algo bueno tenía que tener este jartar de Miley.

¡Oh no! Ahí la tenemos de nuevo en la portada de Rolling Stone, en bolas y sacando la lengua. Algún día se te va a caer de tanto sacarla fuera. Al fin y al cabo es lo que quiere, salir en los medios, sino no se entiende. No se entiende, al menos yo no lo entiendo. ¿Por qué para triunfar en el mundo de la música tienes que enseñar pechuga y volverte un putón verbenero? ¿Dónde queda la música? Seguro que todo el mundo se acuerda del tweerking de los cojones y del martillito de marras, pero ¿a ver cuantos son capaces de taratear la canción que interpretaba mientras tanto?

Se ha hablado mucho sobre el tema y yo no me voy a entretener demasiado que no quiero daros la brasa. El otro día Mr. George Takei (aquellos frikis sabrán de quien les estoy hablando y si no son fanes de su página en facebook se pierden unas actualizaciones muy pero que muy divertidas) comentaba una entrevista a la pequeña Miley en la que nuestra tierna ex princesita decía que no sabía porque se escandalizaba la gente cuando viendo Breaking Bad te enseñaban como fabrican Meth paso a paso o se ve como matan a gente a la que descuartizan y luego pasan por el disolvente para deshacerse del cadáver y nadie decía nada y a ella por menear el culo en la tele la habían crucificado. Podría tener razón, pero eso es demagogia. Señorita Cyrus, esa serie que usted menciona a parte de ser una gran serie es ficción y lo suyo es realidad, bueno realidad alternativa y distorsionada, pero la pura y dura realidad. Son unos actores interpretando una ficción que se puede parecer más o menos a la realidad pero ficción al fin y al cabo. Mientras usted, es una cantante que cree que para vender discos tiene que menear el culo en paños menores. Es algo que no entiendo. Tampoco le hace falta a Beyoncé con el vozarrón que tiene enseñar pechuga en todos sus vídeos y lo hace, es ese estereotipo de mujer que vende la industria musical el que me crispa, no lo puedo evitar. Y aunque lo compare con Madonna, no creo que sea lo mismo, Madonna era una mujer que jugaba plenamente con su sexualidad y que lo introducía como elemento principal en su música. Formaba parte de ella, desde siempre. Estas princesas Disney no. Un día cantaban al amor más puro y casto y al siguiente se meneaban embadurnadas en barro en vídeos sudorosos. Aquí hay algo que no cuadra.

Te hace pensar que todas estas princesas Disney hayan pasado por fases destroyer. ¿Qué demonios les hace el tito Walt? ¿Crea Disney cisnes o traumatiza a sus jóvenes actores? Y curiosamente todas tuvieron padres o familiares que dirigieron sus carreras en sus inicios infantiles. No quiero ser mal pensada, pero la esclavitud infantil suena en la lejanía. Independientemente de la música que hagan, supongo que el hecho de ser adolescentes, que ya es bastante difícil y serlo delante de toda la población mundial tampoco ayuda mucho. Eso no justifica que Miley sea una pesada. Pero por si acaso, si tenéis hijos y algún día el canal Disney os llama para protagonizar uno de sus shows, hacedle un favor a vuestros vástagos y decid que no. Aunque bueno, lo peor que podría pasar es que se pusieran a darle lametazos a martillos medio desnudos encima de una bola de demolición en un videoclip musical. ¿No es para tanto, verdad?