Al paraíso. Hanya Yanagihara.
Este libro lo cogí en la biblioteca por curiosidad. No tenía ni idea de quién era la autora, ni había leído su anterior libro, Tan poca vida. Aunque ya lo tengo apuntado para próximas lecturas. Al paraíso de Hanya Yanagihara es una obra colosal, no sólo por sus casi 1.000 páginas. Una obra de ciencia ficción en la que se habla de un pasado alternativo, un presente enfermo y un futuro distópico y pandémico.
La novela transcurre a lo largo de 200 años desde 1893 al 2093 y está dividida en tres partes o tres historias que se unen las unas con las otras, por parentesco de sus protagonistas, por compartir nombres, situaciones, dolor, incluso una misma casa en Washington Square.
En la primera parte descubrimos una versión alternativa de América en 1893. En el Nueva York de los Estados Libres, formados después de una cruenta guerra civil, el matrimonio homosexual es la norma. Un joven de distinguida familia, los Estados Libres fueron básicamente fundados por sus antepasados, duda entre casarse en un matrimonio concertado por su abuelo o entregarse a un amor loco con un joven profesor pobre.
En la segunda parte en 1993. Un joven hawaiano vive en Manhattan con su pareja, un hombre mucho mayor que él y bastante acaudalado, mientras lucha contra su pasado que vuelve a llamar a su puerta. Viven en Nueva York, en la misma casa en la que el joven de la primera parte vivía con su abuelo. Una enfermedad asola a muchos de sus amigos. Cuando pensaba que era feliz, la historia de su padre y su infancia en Hawái llamará de nuevo a su puerta.
Finalmente, en 2093, la historia de una joven y su abuelo, un famoso científico, se alterna para contarnos cómo Nueva York ha acabado asolado por pandemias y gobernado por un estado dictatorial que controla a la población.
Las tres historias tienen algo en común, y no son solo esos lazos familiares y sanguíneos o que sus personajes compartan nombres. Los protagonistas siempre están en un momento de sus vidas en el que tienen que tomar una decisión, en el que tienen que enfrentarse a sus miedos para conseguir ser ellos mismos. Para ser libres. No os voy a contar más para no destriparos la trama.
Hanya Yanagihara sabe cómo tejer historias, cómo arrastrarnos con ellas. No os voy a engañar, vais a sufrir leyendo, porque sus personajes sufren y es muy difícil no empatizar con ellos. Sus historias no son fáciles, no son historias alegres, al contrario. Sobre todo, la última, llena de plagas y pandemias. Se nota que la autora la escribió en plena o post pandemia de coronavirus. Un futuro distópico que no parece tan lejano, ni tan distópico. Leedla, os arrastrará con sus historias. Las mil páginas se convirtieron en un suspiro, en un no puedo dejar de leer. Edita en castellano Lumen.