Aunty Donna’s Big Ol’ House of Fun, o cómo convivir con el delirio

Imagen de Aunty Donna's Big Ol' House of Fun

Hasta hace muy poco no conocía a Aunty Donna, un trío australiano de comedia absurdista formado por Mark Samual Bonanno, Broden Kelly, and Zachary Ruane. Ahora que los conozco, un nuevo sentido del humor amenaza con apoderarse de mi alma.

La creación que ha lanzado a estos tres locos a nivel internacional es Aunty Donna’s Big Ol’ House of Fun, que en Netflix han traducido como La divertidísima casa de la tía Donna.

Si tu sentido del humor se alimenta más de perplejidad que de carcajada, si te partes viendo Da Suisa de Venjamonjas, si el perro de Mr Pickles te gusta todavía más que Rick and Morty, entonces se abre una ventana para que entres en la casa de estos tres tarados.

Aunty Donna’s Big Ol’ House of Fun es una especie de mezcla entre The Young Ones y Monthy Python Flying Circus en versión millenial superproducida. Es una fiesta de la libertad de formatos y del cambio constante de registros.

La serie combina sketches, estética de sitcom, toques de falso documental, trucos escénicos sinvergüenzas, números musicales indescriptibles, diálogos sobreactuados y mucho WTF.

Imagen de Aunty Donna's Big Ol' House of Fun

Los tres cómicos interpretan a la mayoría de personajes de gags, llegando a recurrir a un maniquí para alternar entre personajes. Además, hay pequeños cameos curiosos, como la humorista Kristen Schaal, el actor Ed Helms, el músico Weird Al’ Yankovic y dos de las estrellas de la serie The Boys, Jack Quaid y Antony Starr.

A los chicos de Aunty Donna no les es ajeno el género del cringe comedy, o lo que yo llamo humor por perplejidad. ¿Sabes ese momento en el que un gag, un chiste, una historia o una situación empieza a dar más cosica que gracia? (cosica, ese término chanante introducido aquí de forma para nada gratuita). Pues Aunty Donna alargan y alargan ese momento hasta rozar lo insoportable. O hasta rebasarlo. Y entonces pasar a algo completamente diferente.

Eso sí, yo la he tenido que ver en cuentagotas. No he logrado ver más de dos episodios seguidos. Sería como meter Nutella en un vaso de horchata con nubes y Pacharán. Sería una combinación desconcertantemente atractiva, pero no podría abusar de la mezcla.

De momento solo hay una temporada de 6 episodios. Todo para mear y no echar gota. Te vas a enganchar, y lo sabes.

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