Beth Hart. Barts. Festival Grec. Barcelona.

 

Es imposible hacer una crónica de este concierto sin hablar del público. La verdad es que al plantarme en la cola de la sala Barts y ver a tantas mujeres me alegré muchísimo. Normalmente, en este tipo de conciertos la mayoría del público es masculino. Aquí, las mujeres parecían ser la mitad o seguramente lo sobrepasaban. La alegría me duró poco. Fue apagarse las luces y el monstruo que la masa lleva dentro no dejó de cacarrear, gritar, parlotear, molestar e incordiar durante todo el concierto. Era sangrante, sobre todo en los momentos más delicados cuando Hart se sentaba al piano. Un espectáculo bochornoso que cada día es más habitual pero que esa noche batió todos los récords habidos y por haber. He ido a muchos conciertos y festivales en mi vida y os puedo asegurar que no había vivido algo así jamás. No solo es una falta de respeto al público que sí ha ido a disfrutar del concierto sino hacia la propia artista. Lamentable y triste, muy triste. Los sssshhh eran constantes y el cabreo en aumento. Salí del concierto tan enfadada que me entró hasta dolor de cabeza. No había disfrutado del concierto y eso es lo peor que le puede pasar a alguien a quien le gusta la música en directo. Y como yo, una buena parte del público que sufrió a los energúmenos y energúmenas que fueron a la sala Barts a pasar el rato. La próxima vez, hacednos un favor, quedaros en casa o iros a una terracita a tomar birras. A la sala le pido que en su próxima visita en concierto, coloque unas sillas que suelen amansar a las fieras. Os lo agradeceremos eternamente.

 

beth hart

 

Hasta aquí el despotrique. Beth Hart salía al escenario como una tigresa, es un huracán sobre el mismo. Desprende energía y es contagiosa. Eso sí, comentaba que había perdido la voz hace unos días y que el concierto había estado a punto de suspenderse. Así que, como comentó, le rezó a dios y, milagro, su voz volvió. Es de agradecer que aunque no estuviese al 100% de sus capacidades, Hart se lanzara a la hora y media de concierto que ofreció, con apenas una pausa. A piñón fijo y manteniendo el tipo. Si su voz ya es impresionante, imaginaros verla en plena forma. Esperemos a otra ocasión para ello. Lo cierto es que la cantante americana se ganó al público desde el primer minuto, al menos al que no estaba allí para pasar el rato sino para escucharla a ella.

 

Beth Hart no necesita nada más que subirse a un escenario para encandilar. Tiene presencia y magnetismo a raudales. Y creo que es eso lo que engancha a su público. Se mueve como una felina sobre el escenario. Lo domina a la perfección. Suda el concierto desde la primera nota, es puro fuego. Y una currante. Se nota. Pero es en los momentos más tranquilos, cuando se sienta al piano, cuando verdaderamente luce como cantante. Se deja de tics rockeros, de filigranas, de espectáculo y se muestra tal y como es. No le hace falta el show extra. Si hubiera hecho todo el concierto a las teclas de ese piano no me hubiera importado lo más mínimo. Eso sí, si el público se hubiera callado. De hecho, fue uno de los pocos momentos en los que se pudo conseguir que la jauría de lobos cerrara la boca. ¿Será cierto eso de que la música amansa a las fieras?

 

Voy a omitir aquello tan manido de su “magnetismo sexual”, “ su sensualidad”, etc, etc, que leí en muchas crónicas que hizo en su primer concierto en Madrid el año pasado. Tiene magnetismo sí, pero no creo que tenga que ver con el sexo ni con su sexo, tiene que ver con la certeza de saber que tienes un don y sabes explotarlo. Esos comentarios son algo que seguramente firmarían los machotes que babeaban en el concierto y gritaban como monos en celo. Sí. de esos también había. Los músicos que la acompañaban, correctos, hacían brillar a la estrella. Que para eso es su show. Aún así, a pesar de la fuerza, de la energía, de la potencia sobre el escenario, a pesar de todo, faltó algo. Alma. Quiero pensar que fue su falta de voz lo que lo provocó. Esperaré a su próxima visita para hacer una apreciación complenta. No disfruté para nada del concierto gracias al público, así que esta reseña es provisional hasta que pueda ver a Beth Hart en condiciones. Os lo advierto, si me jodéis otro concierto, no respondo de mis actos.

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