The Honourable Woman, algo se cuece en Oriente Medio

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Ya lo dice el refrán: lo bueno, si breve, dos veces bueno. Con sus ocho capítulos, la miniserie británica The Honourable Woman logra interesar, emocionar, seducir y agitar.

Nuestra adorada Maggie Gyllenhaal (sí, la novia de Bruce Wayne y hermana de Jake Gyllenhaal) hace de Nessa Stein, una aristócrata y empresaria anglo-israelita. Una filántropa dadivosa y conciliadora en el plano público, pero con una vida íntima gélida. ¿Por qué? No haremos spoilers, pero alguna razón tendrá.

Nessa trabaja en la empresa familiar, una enorme plataforma dedicada al establecimiento de redes de comunicación (y conciliación) entre Israel y Palestina. Está claro que intervenir en un conflicto tan arraigado como ese no es tarea fácil. Como comprobará la propia Nessa durante su trabajo de campo.

La serie cuenta con personajes inquietantes que cautivan al momento. Además de Nessa, tenemos a la enigmática traductora Atika Halibi , al intenso Shlomo Zahary y a Hugh Hayden-Hoyle, un destartalado e inteligentísimo agente del MI6 (al que da vida Stephen Rea).

thw2Los créditos iniciales, el tono y la ambientación recuerdan ligeramente a esa otra gran serie que es Homeland. Léase: mujer blanca, rubia y guapa resuelve entuertos en Oriente Medio.

Pero con una gran diferencia en sus protagonistas. Donde Carrie Mathison es una superheroína implacable y letal, Nessa Stein es una aristócrata pacifista y legal.

Al principio, sorprende el preciosismo visual y el ritmo pausado. Los primeros capítulos avanzan con una lentitud perturbadora, que redefine la expresión “la calma antes de la tormenta”. Después, el ritmo se desata. ¿Habéis cogido aire? Bien, lo vais a necesitar.

En este lento crescendo burbujean sionismo, terrorismo, manipulación, financiamentos irregulares, raptos, intrigas políticas y un conflicto de lo más actual.

Además, la serie logra algo que parece totalmente imposible: mantener cierta imparcialidad. Lejos de la dialéctica entre bien y mal (de alguna forma presente en Homeland), aquí vemos que detrás de cualquier enfrentamiento político, bélico y religioso se esconden múltiples motivaciones y conflictos. Vaya, que en todas partes cuecen habas.

En resumen, una miniserie de espionaje político intenso y violento, con una estética cuidada y una trama densa, compleja y bien urdida. ¿Quién da más?

 

 

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