Concrete Night, joya del D’A
Los festivales tienen sus claros y sus oscuros, sus joyas y sus decepciones. En estos días hemos visto un poco de todo en el Festival Internacional de Cinema d’Autor de Barcelona. Más de los claros que de los oscuros. Esto es sólo una muestra.
Concrete Night. Pirjo Honkasalo.
El director finlandés Pirjo Honkasalo nos ha sorprendido con esta joya visual en el D’A. Onírica, opresiva y formalmente preciosista. Concrete Night cuenta la historia de una noche aciaga en la que Simo pasa las últimas horas de su hermano fuera de prisión, una noche de despedida, de descubrimientos, de miedos que salen a la luz y de desatada poesía visual descarnada que acabará llevando a nuestro protagonista más allá de lo que nunca nos hubiésemos esperado. Desde esa primera escena, sueño premonitorio, terrible y oscuro que despierta a Simo en ese pequeño y agobiante apartamento que comparte con su madre y su hermano, sabemos que iremos de la mano de este joven perdido que se encuentra de la forma más brutal. Sueño, ilusión, pesadilla, luces del norte y una odisea nocturna, que Simo desearía que fuese un sueño pero que es la cruda realidad. Eso si, una realidad mostrada con poesía, con verso, con locura y con emoción en una Helsinki desconocida y aturdidora, pero a la vez emocionante.
The Major. Yuri Bykov.
Rusia está podrida, no hace falta que yo lo diga. Pero la policía rusa todavía más. The Major es un policía que corriendo a toda la velocidad para llegar al nacimiento de su primer hijo atropella mortalmente a un niño de 7 años. A partir de aquí, sus compañeros y él mismo urdirán mil tropelías y engaños para que salga indemne de su condena. No quiere ir a la cárcel, pero se siente culpable. Desvelar la realidad del accidente destapará la mierda que todos y cada uno de los policías corruptos de esta brigada ocultan, por eso, para ocultarla más todavía desencadenarán una espiral de violencia sin sentido y sinfín de la que nadie va a salir indemne. ¿para qué hacer las cosas bien cuando las puedes hacer mal y que todo salga como el culo? Esa es la historia de The Major. No sé entiende como se puede juntar tanto policía inepto y convertir algo que empezó como un accidente en un desmadre descomunal. El director además se reserva el peor personaje de la película, Pasha, un policía despreciable de esos que se merece que le peguen un tiro.
Jeunesse. Justine Malle.
La hija de Louis Malle ha seguido los pasos de su padre. Su debut tras la cámara es la deliciosa y triste Jeunesse, un retrato de los últimos días de la vida de su padre y quizás también de los últimos días de su juventud e inocencia. Semiautobiográfica historia donde una joven se descubre a sí misma en el periodo más difícil de la vida, a través del primer amor, de los desengaños y de la cruda realidad que representa la muerte. Insensible en apariencia, Juliette vive más allá de todo y de todos, se deja seducir por el chico que sabe que la va a hacer desgraciada, se enfunda en su coraza, se escuda tras sus estudios, todo para descubrir el camino a seguir, un camino que prefiere ignorar porque le hará pasar por la pérdida de la persona que más quiere en la vida. Nos sentimos Juliette, ¿quién no se ha sentido Juliette alguna vez en la vida? ¿Quién no ha sido adolescente? ¿Quién no ha descubierto con dolor la muerte? ¿Quién no ha sufrido por amor? Todo ello bañado por la suave música de los maravillosos Dakota Suite y un “I want you” de Bob Dylan en una escena memorable que todos hemos vivido.
El futuro. Luis López Carrasco.
Si el futuro es esto, que dios nos pille confesados. Creo que hacía años que no salía del cine tan pero tan cabreada. El futuro no es cine, es otra cosa, pero no es cine. Coger una cámara y grabar no es hacer cine. La idea que se oculta tras El futuro a priori puede parecer interesante, una fiesta en los 80, esa época de cambio, de esperanzas y nuevos futuros que se ven truncados, como una fiesta cuando se acaba y no queda nada, salvo los restos del desastre, botellas vacías por doquier, restos de drogas y desorden. El desencanto y la tristeza, ese es el futuro. Pero lo que nos muestra esta película de apenas 67 minutos es una fiesta con la música a todo volumen, donde a penas escuchas mal conversaciones dispersas, como si estuvieras allí pero no participaras en la fiesta, excluyendo al espectador, expulsándolo. Cortes sin sentido, sonido demencial, voces desincronizadas con la imagen, saltos y más saltos. Modernidad mal entendida. He leído por ahí que lo comparan con Andy Warhol, si Warhol lo viera se mearía de la risa si es que llega a pasar de los primeros cinco minutos de película.