Reconozco que mi superhéroe favorito es Batman de toda la vida, pero siempre he tenido especial predilección por Superman. El personaje puede tener sus defectos, pero creo que Christopher Reeve marcó la infancia de muchos de nosotros. Fue uno de los primero superhéroes que vimos en carne y hueso en el cine y la televisión. ¿Quién no conoce la historia de Kal-el? El planeta Krypton se colapsa y los padres de Kal-El, Jor-El y Lara deciden enviarlo a la tierra antes de que el planeta desaparezca. En la tierra, unos granjeros de Kansas que no tuvieron hijos encuentran al bebe recién aterrizado en su nave espacial y deciden criarlo como si fuera suyo. El descubrimiento de sus poderes y la búsqueda de su origen siempre ha atormentado a Clark Kent que crece ocultando su verdadero yo hasta la muerte de su padre que desencadenará la búsqueda de respuestas a esas preguntas que siempre se hizo, ¿quién soy? ¿De dónde vengo? Vamos lo que todos nos hemos preguntado alguna vez en la vida pero a lo bestia. Todo esto devendrá en un viaje iniciático y de autodescubrimiento que creará lo que luego conoceremos como Superman, su viaje a Metrópolis y su trabajo como periodista en el Daily Planet llevando una doble vida, su enamoramiento eterno de Lois Lane, la lucha contra el mal para defender a los humanos,… No cuento nada que nadie no sepa. Por eso parece extraño que vuelvan a contarnos la misma historia, aunque la verdad, cuando estás viendo la película no te importa lo más mínimo. Revivamos al superhéroe pero esta vez nos lo vamos a tomar en serio y lo vamos a hacer bien, debieron pensar Snyder y Nolan. Ole por ellos.
Después de cuatro películas empezando por la primera en 1978 y la última en 1987, en las que la calidad fue bajando progresivamente y que han envejecido más mal que bien, Bryan Singer en Superman Returns hace unos años decidió darle una nueva vida al héroe de acero que más que insuflarle nuevas fuerza, lo que hizo fue rematarlo más de lo que lo haría una tonelada de Krytonita de la mejor calidad. Una lástima después de lo bien que lo hizo con nuestros mutis favoritos en X-Men. Aún así teníamos puestas muchas esperanzas en el proyecto que dirigía Zack Snyder y que producía el siempre interesante Christopher Nolan, bendito sea por devolvernos a nuestro adorado Batman vivito y coleando. Y doblemente por resucitarnos al hombre de los calzoncillos rojos por fuera del traje, que aleluya, ¡se los han quitado!
En Man of Steel han decidido fusionar la primera y segunda parte de las películas originales de Superman, así que nos encontramos con la destrucción de Krypton pero también con el General Zod que logra escapar de la zona fantasma para atacar la Tierra. Como malo malísimo tenemos a esa cara pétrea que tiene Michael Shannon de mirada desquiciada como el General Zod. Maldito por un destino ya escrito. Y por supuesto a Henry Cavill como Superman, con su faz apolínea y su cuerpo de ácero, madre del amor hermoso, lo de las espinacas de Popeye se queda en chiste al lado de este hombre. Pero da un perfecto Superman y un perfecto Clark Kent que es lo que cuenta. Lois es la pelirroja Amy Adams, por fin una periodista que no parece lerda. Laurence Fisburne es nuestro Perry White, Russell Crowe es un excelente Jor-El mientras Kevin Kostner y Diane Lane son los padres terráqueos de Kal-El. Un reparto acertado.
La película tiene todo lo que un fan de este tipo de películas puede desear, una historia sólida conocida por todos además, respeto por el pasado pero sin olvidar renovarse y mucha pero mucha acción. Vamos, hay ostias a mansalva. Alguna lucha se hace un poco larga, tanto mamporro entre superhombres que parece que nunca se hacen daño de verdad, agota pero le echo la culpa al 3D (que pueden obviar tranquilamente). Esas escenas para lucir 3D que me repatean tanto se las podían haber ahorrado. La de ostias que se meten tanto en Smallville como en Metrópolis sin importarle cargarse todo lo que les rodea es de órdago. ¡Menos mal que hay que proteger a los pobres e inocentes seres humanos! Pero no importa.
Lo único que os puedo asegurar es que durante las dos horas y media de película he disfrutado como una enana, que he estado en tensión sufriendo a pesar de conocerme la historia de cabo a rabo. En fin, ya me entienden ustedes, los amantes del cómics vamos muy a menudo a sufrir como desgraciados al cine porque se ha hecho cada mierda adaptando cómics que a veces te dan ganas de coger el bazoka e irte rumbo a Hollywood a destrozar algo. Pero esta vez he salido del cine contenta, ¿qué digo? ¡Contentísima, qué han revivido a Superman! Y encima no se han pasado con el rollo patriota que es una de las cosas que más me temía, recuerden amigos, Superman es un alien por muy terráqueo que se sienta y encima no tiene papeles. Pero a ver quien tiene cojones de echarlo de los EEUU. Por lo demás, se le pueden buscar fallos pero para mí son mínimos, lo bueno de la peli compensa el resto. Aunque a veces pasen cosas que difícilmente puedan tener explicación en la realidad, no tienen porque, estamos hablando de gente con superpoderes a partir de ahí, mientras sea coherente tira millas. Como película funciona, como ave fénix para Superman también. Recuerden, Superman no es Batman, no tiene ese lado oscuro, Superman es Superman. ¿Qué más se puede pedir? ¡Qué salga Lex Luthor! Seguro que en la segunda parte, que la habrá. Estoy enganchada a la partitura de Hans Zimmer, no es como la de John Williams evidentemente, pero es efectiva y la saben usar en los momentos justos. No digo más. Si te gusta el cine de superhéroes estás de enhorabuena. Superman ha vuelto y parece que viene para quedarse. La tierra está salvada, podemos respirar tranquilos.
Superman vs Batman. El campesino que lucha contra el pérfido multimillonario (Lex Luthor) a base de moralina y físico o el multimillonario psicópata que te protege de maleantes.
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