Hay festivales que se viven de otra manera, con más calma, en un entorno agradable e idílico, rodeados de naturaleza y sin la ansiedad y el apremio que otros festivales mastodónticos te hacen vivir a veces. El Vida Festival es uno de ellos. En el enclave único de la masia d’En Cabanyes en Vilanova i la Geltrú, el Vida respira bosque, diversión y buen ambiente. Da gusto vivir un festival así, da sensación de verano, de vacaciones, de relajación y del terreno ideal para disfrutar de la música. Viernes Nos bajamos del coche y nos dirigimos caminando por un paseo rodeado de viñas y masias hasta el recinto del festival. Y en medio del bosque, encima de un barquito azul Neil Halstead nos da el primer y mejor concierto del festival. Él solo con su guitarra, directo y sencillo. Comentaba que no era el escenario más pequeño en el que había tocado pero si el barco más pequeño en el que lo había hecho. El calor no se notaba a la sombra de los pinos, sentados en el suelo y disfrutando de la maestría de un músico que se crece en cada concierto. Cayeron algunos de los temas de Mojave 3. Delicatessen. Dejó el listón muy alto. Tanto que fue casi imposible superarlo. Nos acercamos al escenario masia bajo un sol inclemente y un calor asfixiante para ver a Ezra Furman. Algunos le han comparado con Lou Reed, sangran los odios ante este tipo de comentarios. Mejor marcharse a ver a Mourn, estas tres chicas y chico son un buen ejemplo de que menos es más. A pesar de su corta edad les sobra actitud, saben estar sobre el escenario y encima hacen música rabiosa y cañera. Nos dio un chute de energía brutal para lo que nos veía encima. No fue un buen concierto el Xoel López. El sonido no fue bueno y sonaba atronador, demasiado alto y eso que era un acústico. Más aún si lo comparabas con lo bien que sonó Neil Halstead, gloria bendita. La huida fue la mejor opción. Sobre gustos no hay nada escrito, dicen. Pero a veces cuesta entender la razón por la que gustan ciertos músicos o bandas. Grupo de Expertos Sol y Nieve también es una de esas formaciones que se hacen difíciles de soportar y no solamente porque esta J en él. Intentamos darle otra oportunidad a su nuevo grupo, no es la primera vez que los veo, pero siempre salgo con la misma sensación de desazón. Podría salir algo bueno de ahí, pero no lo hace. El concierto para colmo sonó fatal. Benjamin Clementine fue precisamente la cara opuesta de la moneda, el escenario grande se hizo silencio y este hombre gigantesco de portentosa voz nos dio una lección de delicadeza al piano. El contrapunto preciosista del día. Quizás no era el lugar más adecuado para un concierto así. Un teatro, un auditori incluso un teatre Grec hubieran sido entornos perfectos. Sobre todo porque lamentablemente, en los festivales habitan esas cosas tan molestas y perniciosas que son la gente a la que le importa un bledo la música y está en las primeras filas de palique molestando a los que quieren escuchar. Pero es lo que hay. Paciencia y a disfrutar de Benjamin que es lo que importaba.
Enérgico concierto el de War on Drugs. Muchos los comparan con Springsteen y dicen que hacen lo que el Boss tan bien hacía hace años y que ya no consigue. Las comparaciones son odiosas. War on Drugs son War on Drugs, dejáros llevar y disfrutar de su música sin prejuicios. Cuando quiero ver a Springsteen, voy a ver a Springsteen. Pero War on Drugs envuelve su música con un halo de inmensidad sónica, con unas canciones que suenan colosales y que disparan directos a ese punto del cerebro que tanto nos hace disfrutar a los que amamos el rock. Uno de los conciertos que más gozamos. Gracias a Adam Granduciel y los suyos. Tremenda sorpresa los ingleses Martha. Hicieron bailar sin complejos. Pogo incluido en el escenario pequeño de La Cabana. Este cuarteto directo, espídico, fresco y rabioso consiguió enloquecer a los que veían de nuevo que la mayor parte de las veces menos es más. Más fuerza, más garra, más actitud y mejor música. Alabado sea su punk rock explosivo. Super Furry Animals tocaron demasiado tarde para una propuesta como la suya y más después de haber visto la garra sónica de Martha. Estábamos cansados, demasiado para el tipo de música que hacen los de Gruff Rhys. Tenían que haber sido divertidos y una fiesta, pero resultaron demasiado pausados para aquel momento de la noche. Sábado La ola de calor seguía golpeándonos. El día se presentaba caluroso y asfixiante en lo meteorológico, pero con grandes alegrías en lo musical. Núria Graham se subía al pequeño barco que navegaba en el bosque del Vida y nos enseñaba su voz delicada, sus canciones perfectas y esa forma de tocar la guitarra que tiene. Muchos por aquí querían hacerlo la mitad de bien que ella lo hace. Tímida pero divertida, nos dio un concierto de altura. Buen comienzo. Nacho Vegas embarcaba en este pequeño escenario poco después. Reconozco que lo he seguido y mucho, que me gusta su música y sus letras, pero al final acaba cansando ese querer cortarse las venas que siempre empapa sus canciones. Preferimos quedarnos con la melancolía sonora de Graham. Volando llegó Andrew Bird con sus silbidos, con su violín, con su xilofón y su guitarra. Prepara nuevo disco y nosotros nos alegramos, porque volverá pronto. A pesar de algún problema técnico con el sonido, su actuación fue perfecta. Divertida, hizo bailar al público mientras el sol se ponía en la masia d’En Cabanyes. Father John Misty extasió al público del Vida. Su actuación fue lo más sensual que vimos en festival. Joshua Tillman nos hizo el amor en directo con su música y nos puso tontorrones. Sus contoneos sobre el escenario, su actitud y su música invitan a adorarlo. No hay escapatoria, todos quedamos prendados, siempre lo consigue. El Vida se rindió a sus pies encantado. Se quiere, se nota y adora a su público, lo ama, en el sentido más amplio de la palabra. Como un crooner bañado de folk, elegante con su pantalón negro y su camisa blanca desbocado de pasión. Listo para amarnos hasta el éxtasis. Impresionante. Woods es una de esas bandas que uno se marca a fuego en la memoria. Su concierto en el Vida fue de lo mejor del día. Este era el concierto que esperabas ver y que viste. Folk, rock, psicodelia y una propuesta sonora con canciones redondas, un sonido descomunal y una banda pletórica. Presentaban With Light and With Love, un disco con canciones que crecer en progresiones instrumentales perfectas. Consiguieron que levitáramos. Poderoso directo, pura energía desbocada rodeados del bosque. Poco después Primal Scream saltaron al escenario para descargar su propuesta rockera. Efectivos desde el primer riff de guitarra. Bobby Gillespie y sus secuaces ofrecieron al público lo que quería, una fiesta. Grandes éxitos, uno detrás de otro, la banda pletórica y el público desmelenado. Sábado noche, party hard. ¿Qué más se puede pedir? Justo antes de su actuación se confirmaba el primer artista
del festival para el año que viene, The Divine Comedy. Nos veremos allí. Fotos Mika Kirsi (Benjamin Clementine, Father John Misty y Primal Scream) Fotos Martina Matencio (Neil Halstead y Núria Graham) Fotos Lulu Voodoo (Mourn y Martha)