Star Wars: Episodio VII – El despertar de la Fuerza
Dirigida por J. J. Abrams
Con Daisy Ridley, John Boyega, Adam Driver, Harrison Ford, Mark Hamill, Carrie Fisher, Oscar Isaac
Ha llegado el día que muchos hemos esperado desde nuestra infancia o adolescencia. El momento de continuar con una saga épica. Porque todos descubrimos primero los episodios IV, V y VI, la trilogía original, y vibramos con su atractivo indescriptible. Una historia de lucha contra el mal, la cautivadora magia de la Fuerza, el misticismo de Jedi (una especie de samurais zen del espacio), el carisma magnético de Darth Vader, el atractivo morboso del Lado Oscuro, héroes únicos como el mítico Han Solo, su peludo compañero y su “amigo” Lando… Sumémosle unos efectos especiales fantásticos, unos sonidos que todos llevamos tatuados en el adn (el rugid de Chewbacca, el aullido de los cazas TIE…) y una banda sonora histórica. Todos estos ingredientes y más convirtieron la saga de Star Wars en material de leyenda.
¿Qué ocurrió luego? Pues que George Lucas, el padre de la criatura, decidió crear la precuela. Aplausos, vítores, emoción. ¿Qué problema hubo? Que la reputación de Lucas cayó por los suelos como las piezas desmembradas de un holocrón. Recuerdo ese día fatídico de 1999 en el que salí del cine con mi buen amigo David Esbrí, con una cara que debía ser de fascinación pero que era de desconcierto, vacilación, perplejidad (lo que hoy en día se diría cara de WTF). La Amenaza Fantasma era un cúmulo de despropósitos. Infantilismo exacerbado con los personajes de Anakin y el odioso Jar Jar Binks, un villano de poco vuelo como Darth Maul, el hecho que la gran batalla final se gane por accidente, el origen ‘divino’ de Anakin y sobre todo, el error máximo de intentar explicar la magia pura en términos científicos (malditos sean los midiclorianos).
La cosa no mejoraría en los episodios II y III, que a mi gusto se convirtieron en la Crónica de una muerte anunciada centrada en la figura de Anakin. Creo que centrar la trilogía en el nacimiento del personaje de Darth Vader fue un error, pero es que tampoco se hizo de forma demasiado interesante. El insoportable Hayden Christensen no le supo dar ningún misterio a la historia, y las escenas en las que veíamos su transformación (sus ridículos estallidos de rabia junto a Padme, la irreverente muerte de su madre, los roces infantiles con Obi Wan…) convirtieron una trama épica en una payasada. En resumen, George Lucas convirtió la trilogía precuela de Star Wars en un desastre absoluto.
Por suerte para todos nosotros, no hay dos sin tres. Por fin ha llegado hasta nosotros la esperada continuación de la saga galáctica. A priori, lo más interesante es explorar territorio desconocido, nuevos personajes, nuevas tramas. Además, ha habido un cambio importantísimo a los mandos de la nave. George Lucas le ha dejado el timón a J.J. Abrams, que dicho sea de paso ha hecho un buen trabajo con sus dos películas de Star Trek. Y, tras quince años de decepciones constantes del Sr Lucas, parece que por fin estamos en buenas manos.
Lo diré en pocas palabras: Star Wars: Episodio VII – El despertar de la Fuerza es una buena película. Hemos tenido que esperar quince años, pero por fin hemos podido disfrutar de la magia de La guerra de las galaxias. Tiene un ritmo impecable que sabe alternar calma y frenetismo. Los personajes nuevos nos atrapan, cada uno a su manera. Hay épica, hay acción, hay magia, hay intimismo, hay duelos, hay Fuerza, hay combates estelares impresionantes.
Yo me pasé buena parte de la película sonriendo, emocionado, agarrándome a los brazos de la butaca. A mi alrededor, adultos y niños por igual contemplaban boquiabiertos cómo se desarrollaba una película amena, divertida, emocionante, fascinante. Buscándole tres pies al gato, se le podría llegar a achacar a Abrams que haya sido conservador. Si algo caracteriza a Star Wars es que se puede resumir en un listado de elementos constituyentes. Pues aquí están todos.
Lo que ha hecho Abrams es coger todos esos elementos y ponerlos en una batidora frenética. Pero vaya, que el cóctel resultante difícilmente decepcionará a los fans antiguos o a los nuevos. Al fin y al cabo, lo que todos buscamos en una película de Star Wars es que sea una película de Star Wars. No sé si me explico. Los fans necesitan esa familiaridad, esa sensación de estar en una galaxia muy lejana pero muy conocida. Y Abrams ha sabido llevarnos de viaje por ella.
El despertar de la Fuerza combina acertadamente las viejas glorias (no hace falta que las mencione, ¿no?) con unos personajes nuevos igual de atractivos. Tenemos a Poe Dameron (interpretado por Oscar Isaac), un piloto de caza Ala-X que tiene una misión muy importante relacionada con su droide y algo que contiene (tranquilos, no haré spoilers).
Luego tenemos a un personaje conocido simplemente como Finn (interpretado por John Boyega), un soldado de asalto imperial cuyas particulares circunstancias personales lo impulsarán a dar un cambio radical en su vida.
Pero quizá el personaje nuevo más carismático es Rey (Daisy Ridley), una chatarrera que vive en el planeta Jakku y que sobrevive rescatando trozos de chatarra de los restos de un destructor estelar estrellado. Su presentación, al principio de la película, es especialmente emocionante. Como iremos descubriendo poco a poco, Rey resultará tener varios ases en la manga.
Por último, tenemos al malo de la película, Kylo Ren, un personaje sombrío formado en las artes de los Jedi. Pertenece a la organización militar Primer Orden, que trata de arrebatarle el control de la galaxia a la Nueva República. Es un personaje atractivo tanto por sus capacidades como por sus defectos. Y su ascendencia familiar resulta más que interesante.
Obviamente, como el título sugiere, la Fuerza tendrá un papel muy importante. Y el final épico e inquietante abrirá la puerta a las películas que seguirán, que harán las delicias de fans nuevos y antiguos en los próximos años. Lo mejor del caso es que se abre un horizonte muy apetecible. No solo veremos los episodios VIII y IX. Además, está previsto el lanzamiento de varios spin-offs que complementarán el extensísimo universo extendido de Star Wars. La primera de las tres previstas hasta ahora será Rogue One, que saldrá en diciembre del 2016.
¿No has visto todavía Star Wars: Episodio VII – El despertar de la Fuerza? ¿A qué estás esperando?