Ferran Palau presenta en directo esta semana su tercer disco, Blanc, una joya sonora de pop metafísico como él define su sonido. Un concierto doble especial en el que compartirá escenario con El Petit de Cal Eril (miembros de su propia banda) en la sala Apolo y dentro del Curtcircuit. Desde que decidió emprender carrera en solitario y combinarla con su actividad como miembro de Anímic, Ferran nos ha regalado tres discos deliciosos que nos han ayudado a descubrir otra faceta del cantante y compositor. En esta entrevista hablamos de todo ello con él.
Hay mucha gente que asocia tu música a oscuridad y tristeza pero creo que hay una luminosidad en ellas que muchas veces pasa inadvertida. No si estás de acuerdo. ¿Es este un disco más luminoso que tus anteriores trabajos? Y si es así, ¿qué ha cambiado?
Creo que entre lo oscuro y lo luminoso hay un gran espacio en el que oscilan mis canciones. A veces tendemos a la simplificación binaria pero rara vez eso coincide con la realidad. Lo importante son los matices más allá de si soy una cosa u otra.
En tus letras sueles exponerte y desnudarte, pero a la vez eres muy tímido. ¿Es la portada del disco un reflejo de este hecho?
En mis dos últimos discos las letras no son nada explícitas así que no tengo la sensación de exponerme demasiado, en cambio a veces en los conciertos si me siento así, sobretodo cuando salgo yo solo sin mi banda que me arrope, se crea una tensión extraña entre el público y yo, una mezcla rara de desafío y vulnerabilidad. La mayoría de veces no es así porque con el tiempo he ganado seguridad y he aprendido a defender mi música en toda clase de sitios.
¿Por qué Blanc como título?
El título salió sin más, me encantaba la palabra, su sonido, forma y posibles significados. Para mí significa la inmensidad y el vacío, el todo y la nada. Es un título metafísico.
¿Qué aporta Jordi Matas a tu música para que vuelvas a confiar en él para la producción del disco a parte de tocar en tu banda?
Jordi matas es un genio. Lo tiene todo, es un músico increíble, tiene una oreja de oro y lo más importante, tiene muy buen gusto. Tiene el don del espacio y la tridimensionalidad. El ve la música como una enorme esfera flotante. A parte de todo esto y mucho más, ¡es mi primo! Me da la confianza y la calma que necesito para grabar…. ¿Para que buscar fuera lo que tengo en casa?
¿Ha sido muy diferente el proceso de grabación de este disco que el anterior? En Santa Ferida hubo un periodo de duda y de rehacer el disco, ¿te has sentido esta vez más cercano a lo que querías conseguir?
La grabación de Blanc ha sido más rápida y fluida. Nos enfrentamos a las canciones de la misma manera que en Santa Ferida, sin tener del todo claro lo que íbamos a hacer pero enseguida empezó a fluir y el sonido vaporoso e ingrávido empezó a inundar el disco dándole una entidad más compacta.
Creo que esta vez me he acercado un poco más a lo que quería hacer pero aún no lo he conseguido del todo y eso es bueno.
¿Cómo ves la evolución de tu música desde el primer disco en solitario L’aigua del rierol? ¿Crees que tu sonido ha cambiado?
Creo que mi primer disco tiene poco que ver con el segundo y el tercero. L’aigua del rierol es una cosa a parte. En los dos últimos si se aprecia una especie de idea que se ha ido perfilando y concretando.
¿Qué te impulsó a grabar aquel primer disco en solitario fuera de Anímic?
Tenía una colección de canciones que no encajaban en Anímic y pensé en grabarlas. Mi primo empezó a currarse unos arreglos tan bonitos que se convirtió en un disco de verdad y así empezó mi proyecto en solitario.
Habéis decido seguir componiendo juntos, Louise y tú, pero ya no cantarás en los discos de Anímic. ¿Por qué este distanciamiento vocal? Y, ¿cómo ha cambiado tu carrera en solitario tu rol en la banda?
No descartó volver a cantar algún día en Anímic pero de momento seguiremos con esta nueva fórmula. Creo que mis canciones no dejaban avanzar al grupo por ciertos caminos, así que la decisión fue una manera de impulsar la banda hacia terrenos inhóspitos. Louise es una mujer muy expansiva y al coger el mando de las canciones de forma exclusiva nos ha transformado por completo y ¡nos ha dado la vida! En la última gira hemos visto una Louise totalmente diferente, una mujer que se come el escenario y vomita unas letras que ponen los pelos de punta y que yo sería incapaz de escribir.
Ahora mi trabajo en la banda es procurar que ella tenga lo que necesita para sacar esa bestia emocional que tiene dentro.
¿Sabes cuando compones si una canción va para Anímic o no?
Bueno, ahora es Louise quién compone las canciones en Anímic. Ella no quiere tocar instrumentos así que me sigue necesitando para encontrar lo que busca, digamos que yo soy su instrumento. A veces ella saca una melodía con un par de notas de teclado y luego acabo de desarrollar la idea para que ella se pueda centrar en cantar y hacer su show.
¿Cómo nace una canción de Ferran Palau? ¿Te asalta la música o la letra primero?
Primero tiene que haber una línea de guitarra o teclado. Luego canturreo buscando esa primera frase que será como el núcleo de la canción. Es como una semilla, así que a partir de allí viene un largo proceso de jardinería. Regar, proteger, podar, etc… Si al cabo de un tiempo veo una bonita planta es que tengo una nueva canción.
Con este disco quieres hacer una gira con El Petit de Cal Eril, banda con la que compartes formación. ¿Cómo nace esta idea y cómo es el trabajo de los músicos de tu banda? ¿Qué crees que aportan a tu música?
La cosa es que sacábamos disco a la vez y teníamos que encontrar fórmulas para hacer posible los dos proyectos con los mismos músicos. La manera de tocar que tienen es muy particular y prácticamente imposible de encontrar en otros músicos. Es lo que llamamos pop metafísico. Nos las tendremos que apañar entre todos para sacar adelante los dos proyectos tocando juntos o haciendo peripecias con nuestros calendarios.
¿Estás componiendo nuevas canciones ya?
Yo siempre tengo canciones a medias en el cajón pero necesito tiempo para ver si van en la dirección que quiero que vayan.