En el último día del D’A Film Festival, aún tuvimos tiempo de ver cuatro nuevas películas. Apurando hasta el último momento. Hay que aprovechar la posibilidad de visionar en pantalla grande cine de autor que muchas veces no podríamos ver de otra forma, ya que probablemente no se estrenarán en nuestro país como Die Tomorrow, The Charmer, A Ciambra y Oh Lucy!. Acababa un D’A que nos dejaba muy buenos momentos y nuevas fechas que apuntar en el calendario: del 25 de abril al 5 de mayo del 2019.
Aquí tenéis el palmarés:
Die Tomorrow
El director tailandés Nawapol Thamrongrattanarit experimenta en este film apoyándose en diversos formatos para reflexionar sobre la muerte y la brevedad de la vida. Estadísticas y datos se mezclan con entrevistas y ficciones que relatan la muerte, nos acercan a ella en su cotidianidad y en su versión más cruda. El director nos cuenta pequeñas historias de personas corrientes que se vieron golpeadas por la muerte de la forma más, a veces absurda, pero también inesperada. Inspirándose en artículos y noticias de la prensa, pero también en recuentos personales, consigue reflejar la cotidianidad. Entrevistando a niños y a personas mayores, apoyándose en simples anécdotas o en conversaciones profundamente metafísicas, Thamrongrattanarit hace que el paso de los segundos que dura la película sean algo más que una simple acumulación de anécdotas. El tono distendido, pero melancólico, pone en situación. La parca, la muerte, el final de todo. Diversas visiones, pequeñas historias cotidianas, reales como la vida misma, aunque no por ello dejan de ser sorprendentes conforme Die Tomorrow. Entretenida y amena.
The Charmer
Esmail, el protagonista de The Charmer es un encantador de serpientes. Parece un corderito, pero en realidad es un lobo disfrazado con piel de cordero. El cineasta iraní-danés Milad Alami nos relata en este film la vida de un inmigrante iraní que intenta a toda costa quedarse en el país que le ha acogido por un tiempo limitado, Dinamarca. Para ello recurrirá a sus encantos como hombre, intentando seducir desesperadamente a aquella danesa que se quiera convertir en su mujer. The Charmer es un drama con conciencia socio-política, pero no se queda simplemente en cuestiones como la inmigración, la raza, el trabajo, las diferencias de clase,…sino que profundiza en la psicología del protagonista atrapado en su propia trampa y como la situación que vive le lleva a la desesperación. ¿Qué clase de acogida es la que te pone una espada de Damocles en la cabeza en la que el tiempo pasa inexorablemente hacía la expulsión? ¿Cómo se adaptan los inmigrantes iraníes a un país tan diferente como el suyo? ¿Cómo viven la soledad? ¿Cómo encajan? Todas estas son preguntas que se plantea el director. Aún así, es difícil a pesar de todo empatizar con Esmail, un encantador sin escrúpulos que de pronto encuentra una razón para tenerlos.
A Ciambra
Jonas Carpignano muestra la realidad de la comunidad gitana de A Ciambra, en Italia. Y lo hace a través de la mirada de un niño que empieza un rito de paso hacia un futuro nada halagüeño, siguiendo la tradición de su padre, de su hermano y de su familia: el robo, el contrabando, el extraperlo, la delincuencia,… Para ello el director se sumerge en la propia comunidad, usando a una familia real y a todos sus miembros. Realismo directo y duro en el que Pio, el protagonista, se enfrenta a los 14 años a la cruda realidad. Un adolescente que quiere ser mayor sin saber lo que eso supone. Pio intentará demostrar que es el hombre de la casa cuando su padre y su hermano son detenidos pero para ello tendrá que dejar de lado su niñez. Carpignano se sumerge en la realidad de Pio y su familia, en un retrato fidedigno de su vida y de los sacrificios que tendrá que hacer para ser uno de los suyos. Como le dice su abuelo, “nosotros contra el mundo”.
Oh Lucy!
La directora japonesa Atsuko Hirayanagi nos regala, para cerrar el D’A de este año, una película llena de encanto, divertida, rara y loca en la que conocemos la historia de Setsuko, la Lucy del título. Setsuko es una oficinista que vive sola en Tokio y a la que su sobrina acaba convenciendo para que la sustituya en unas clases de inglés a las que no puede ir. Allí conocerá a John, un americano que para enseñar el idioma se inventa un nuevo nombre para sus alumnos. Setsuko se convertirá en Lucy y quedará perdidamente enamorada de este extraño profesor que abraza a sus alumnos y que no durará más de una clases. Cuando John desaparece junto a su sobrina, Setsuko emprenderá un viaje loco y trastornado por California junto a su hermana, con la que no se lleva precisamente bien. Película japonesa y road movie, comedia alocada y drama. Oh Lucy! Lo tiene todo. La vida de Setsuko es gris, pero este vuelco en su cotidianidad hará que revolucione su existencia, que se arriesgue, que viva, al fin y al cabo. El choque que Setsuko vive al descubrir una realidad totalmente alejada de la suya, en otro país, en otros sentimientos, en otra realidad, la hará cambiar. De una forma tragicómica, que hará las delicias del cine japonés más desquiciado.