Las tensiones y sus consecuencias
El Asian Film Festival Barcelona llega este año a su undécima edición y lo hace celebrando el 50 aniversario de las relaciones diplomáticas entre China y España. Es por ello que se proyectarán más de 20 películas chinas, incluyendo una amplia retrospectiva dedicada al director Wang Chao. Entre el 25 de octubre y el 5 de noviembre, más de un centenar de películas procedentes de 25 países se podrán ver en distintas sedes del festival en la ciudad, tanto físicas como virtuales. Cinemes Girona, Caixaforum, Zumzeig, Filmoteca de Catalunya, Phenomena, Manifesta 15, Betebé y Filmin acogeran las últimas novedades del panorama cinematográfico asiático. Un panorama amplio y heterogéneo en el que la vietnamita Inside the Yellow Cocoon Shell (ganadora de la Camera d’or a la mejor opera prima en Cannes), lo último de Wim Wenders o Evil does not exist (lo nuevo de Ryûsuke Hamaguchi tras el éxito de crítica de Drive my Car) son, sin duda, lo más esperado. Un amplio abanico de novedades en el que, eso sí, solo tendremos una única oportunidad para ver cada una de las películas (a excepción de las proyecciones en la filmoteca, que contarán con dos pases).
La inauguración de este año ha corrido a cargo de la joven directora china Li Jue, quien acudió al cine Phenomena para presentar su opera prima Yangzi’s Confusion, film intimista rodado en apenas 27 días que aborda la (tensa) relación entre una madre divorciada y Yangzi, su hija de diez años. En su debut en el largometraje, Li Jue evita los excesos dramáticos y el sentimentalismo apostando por una cierta sobriedad narrativa no exenta de riesgos formales en algunos momentos puntuales del filme. El cuestionamiento del instinto maternal continua, a día de hoy, siendo un tabú en la mayor parte de las sociedades, y son escasas las incursiones cinematográficas que lo abordan con una mirada crítica. Mediante una obra de tinte costumbrista, Li Jue pone el foco en todas esas madres que, lejos de vivir la maternidad como una experiencia completamente idealizada, han dudado, se han arrepentido e incluso se han atrevido a pensar en ellas mismas en un momento de la vida en que (supuestamente), como madre, hay que sacrificarlo todo por ese nuevo ser que acaba de llegar al mundo. Es el de la progenitora un personaje algo incómodo, a veces caprichoso, a veces egoista, a veces irritante. Pero es humana, tremendamente humana. Y como humana reivindica su lugar en el mundo, su derecho a equivocarse, a deshacer parte del camino recorrido y enmendar algunos errores del pasado. La relación con su hija, lejos de mostrarse edulcorada, está llena de roces, de aristas, de momentos incómodos. Sobre todo, desde que Yangzi encontró el diario de su madre y averiguó algunas cosas del pasado que volvieron a abrir viejas heridas. Heridas que son, sin duda, las protagonistas del filme.
Otra de las películas chinas destacadas ha sido Only the River Flows, del joven director Wei Shujun, que en el año 2020 debutó en el largometraje con Striding into the Wind.
En esta su tercera película, Shujun adapta la novela corta Mistakes by the River, de Yu Hua, y nos ofrece un sofisticado noir ambientado a mediados de los años noventa. Un filme que, a su vez, funciona como perturbador retrato de una pequeña comunidad rural. En ella, el jefe de policía Ma Zhe tendrá que investigar una serie de misteriosos asesinatos. Pero, lejos de plantearse como el típico film de suspense estructurado en torno a la identidad del posible asesino, Only the River Flows utiliza las muertes como excusa para adentrarse en la psicología de todos los personajes, incluído el jefe de policía. Y sí, la sombra de Memories of Murder (Bong Joon-ho, 2003) es alargada, pero en ningún momento las influencias llegan a convertirse en un lastre. Only the River Flows se puede definir como un filme de múltiples capas. Opresivo y enigmático, sí, pero también salpicado de un cierto humor que acercará al espectador a sus inquietantes personajes.
Otra muerte, en este caso la de una adolescente aparentemente modélica, es la que da inicio a Toxic Parents, opera prima de la directora surcoreana Kim Su-in. Yoo-ri es, a ojos de sus compañeros, la chica perfecta: bonita, inteligente, aplicada, de buena familia… ¿Cuáles podrían ser los motivos para que alguien así se suicidase? ¿Por qué escapar junto a tres desconocidos hasta un lugar apartado y poner punto final a una vida aparentemente idílica? ¿Qué papel han jugado en su vida las personas que hay a su alrededor (su madre, su padre, sus compañeros, su tutor)? ¿Por qué es su controladora madre la única que argumenta que Yoo-ri en realidad no se suicidó? Todas estas preguntas y muchas otras sobrevuelan el argumento de Toxic Parents, aunque bien es cierto que encontrar la respuesta a ellas no será el mayor de nuestros intereses como espectadores. Porque, más allá de la intriga respecto a la muerte de Yoo-ri, la reflexión más importante es la que el filme plantea sobre el maltrato psicológico familiar (ese que siempre se esconde, ese que nunca se ve) y cómo puede llegar a condicionar la vida de algunas personas.