«Los verdaderos poemas son incendios. La poesía se propaga por todas partes, iluminando sus consumaciones con estremecimientos de placer o de agonía». Eso decía Vicente Huidobro en el prefacio de Altazor.
Pues hoy vengo a hablaros de la última obra de un poeta incendio, cuyos versos han nacido para prenderle fuego a las páginas, a las sillas y a las ciudades. Palabras que arrasan todo aquello que se oponga a lo libre y a lo bello. Un poeta que dice no serlo, y yo que me río. Con todos vosotros, Antropofagia Poética 2, el último libro de Mag Márquez. Es una publicación de Edicions Malcriàs, el sello de autoedición del Ateneu Llibertari de Gràcia.
Dicen por ahí que Mag Márquez nació en 1970 en Oliva de la Frontera (Badajoz), pero que reside en l´Hospitalet de Llobregat desde 1974. Se licenció en Derecho, pero desde que tiene uso de (sin)razón se ha dedicado a la palabra. Sus inquietudes lo han llevado a participar en programas de radio y televisión, en calidad de monologuista, cuenta-cuentos y risoterapeuta.
Yo lo conocí hace una década, en el Kabaret Obert de la ya extinta asociación La PAPA. En esa época recitaba, vociferaba y vilipendiaba junto a su cómplice Abel Paisaje de los Poetílicos Sobrios (a los que tuve el placer de entrevistar aquí). Con Mag Márquez he compartido escenario, risas e intereses, y me sigue pareciendo uno de los poetas más honestos y viscerales a los que he tenido el placer de conocer.
Así nos quieren: / cada uno en su casa y la miseria en la de todos / que cada cual aguante su vela / que cada perro se lama su cipote / que cada pringao se cave su tumba / que cada pringao se ciña la soga al cuello / pensando que
no hay nada que hacer y / algo es siempre / algo menos que nada
Su poesía es un compromiso con la verdad, con la lucha contra la hipocresía, la injusticia, la falsedad y las tonterías. Leer sus textos es como darse un paseo por las cloacas de la sociedad capitalista, ponerse unas gafas de ver crisis democrática, dar un trago de un cóctel molotov antes de lanzarlo contra el opresor y descalzarse unos zapatos más apretados que las constricciones de la sociedad. Pero es que además sus textos son tan afilados como graciosos. Nunca te habrás reído más mientras te indignas.
Mag Márquez escribe como si estuviera intentando construir un paraíso y algún desgraciado le estuviera golpeando los dientes con un ladrillo. Es un paseo por el lao más feo de la vida. Un canto al atropellado. Un escupitajo al hipócrita. Un grito ahogado mientras contemplas la belleza del naufragio. Un hachazo a los dedos que tiran de los hilos.
Antropofagia Poética 2 es un recorrido por sus mejores creaciones de los últimos años. Son textos que han rodado por muchos escenarios, solos, con hielo o acompañados por la guitarra del bluesman Leo Cayuela. A Mag Márquez se le puede ver en numerosos micros abiertos de la ciudad, sobre todo los que orbitan alrededor de l’Ateneu Llibertari de Gràcia. No dudes en ir a escuchar sus versos y chascarrillos. No te arrepentirás.
Os dejo con dos de sus textos clásicos, que encontraréis en esta Antropofagia Poética 2:
POSOS DE CAFÉ
Tal vez no te das cuenta,
siempre plantado delante,
dando vueltas a la cucharilla,
removiendo el fondo de la taza,
disolviendo en azúcar tu amargura.
¿No te das cuenta?
En la taza siempre queda
el poso de los días
que trago a trago
vas consumiendo.
¡No te das cuenta!
Ese poso del café
también es el poso de la silla
que hora tras horas vas calentando
hasta convertirte en su esclavo,
El de las bolsas vacías
con las que arrastras tu alma
por los supermercados
El de los besos muertos
a los que nunca practicaste la autopsia
El de los puentes colgantes
que nunca cruzaste por temor a las alturas.
Y ahora sientes vértigo
cuando te asomas a tu taza de café.
Un café calcado al de ayer,
y parece como si el de ayer
fuera el de hoy.
El ayer siempre reciente
pero no lo bastante.
Y a medida que saboreas el ayer
desvaneces el hoy
con la ansiedad de los espejos que se
borran
y dejan en blanco sus imágenes.
Te convendría detenerte,
dejar de mover la cucharilla,
echar a andar.
Date cuenta
que ese poso negro
no es más que el pozo
donde naufragan
todos tus sorbos
A MÍ ME GUSTAN LAS PERSONAS LIBRES
(En homenaje al mamífero Jesús Lizano)
A mí me gustan las personas libres,
las ideas, libres
los caminos, sin barreras, libres
y el horizonte, libre.
Porque la vida es libre,
El agua es libre,
La montaña es libre.
Y me gusta la libertad,
las manos libres
el movimiento libre.
Nuestros pasos, libres.
El instinto es libre.
El alma es libre.
Los sueños son libres.
A mí me gustan los corazones libres,
y los pájaros libres,
La risa es libre.
El abrazo es libre.
El amor sólo puede ser libre.
Las mentes libres.
La enseñanza libre.
El pensamiento libre:
¡Viva la libreenseñanza
y el librepensamiento!
Y no me gustan nada
las personas ocupadas,
ni las cabezas ocupadas,
ni las horas ocupadas,
ni los baños ocupados,
(abajo los pestillos)
ni los taxis ocupados,
ni las manos atadas
ni las sonrisas cosidas,
ni los labios sellados.
A mí las personas me gustan libres,
las sociedades, libres
los pueblos, libres
libre la prensa,
y la historia, libre.
Las plazas, libres.
Los parques sin vallas.
Las cárceles sin rejas.
Los corazones sin muros.
Los lazos, libres
Los pasos, libres
Los locos, libres
Para que enseñen cordura,
¡cuánta cordura nos pueden enseñar los locos!
Y las pasiones,
¡Hay que desatar las pasiones!, señores mamíferos.
Las pasiones que vuelvan a ser libres.
Y el sexo, por supuesto, libérrimo.
Las palabras libres.
El verso libre.
Y la belleza: LIBRE
Sí, porque a mí
me enloquece
el vuelo de las personas libres
y la ambrosía de todos los que
LIBRES
aterrizáis a mi lado