XXXI Festival Internacional de Poesia de Barcelona
18 de mayo
Palau de la Música Catalana
Cada mes de mayo se celebra en Barcelona la Setmana de la Poesia de Barcelona. Ya sabéis que para muchos de nosotros la semana de la poesía sucede exactamente cada semana del año, pero no obstante es una buena ocasión para ver a poetas tanto de aquí como de fuera.
El Festival Internacional de Poesia de Barcelona supone el cierre de la Setmana de Poesia. Se celebra en el espectacular Palau de la Música Catalana, un escenario de lujo donde el público puede gozar de grandes versos rodeado del maravilloso Modernismo gaudiniano. El clasicismo y solemnidad del espacio de alguna forma casa bien con la selección de poetas, que tiende a centrarse en voces consolidadas de diversas nacionalidades.
En esta ocasión se escucharon un par de poetas catalanes (Carles Camps Mundó i Montserrat Rodés), una poeta cordobesa (Elena Medel), dos estadounidenses (Sharon Olds y Charles Simic) y una polaca (Ewa Lipska).
El recital empezó con el que para mí fue indiscutiblemente el mejor poeta de la noche: Carles Camps Mundó (Cervelló, 1948), autor de poesía experimental y visual, con una voz firme y rotunda. Mundó leyó implacablemente versos de sus obras La mort i la paraula y L’oració total. La muerte y la enfermedad están muy presentes en estas obras, como podemos ver en sus versos:
Tinc un tros de mort viva a dintre meu,
un tros de mort que, per fer-me morir,
viu de la vida que li dono, como si l’estigués gestant.
Sharon Olds (San Francisco, 1942) es una poeta de una gran sensualidad. Sus versos son evocadores a la vez que concisos, sin demasiado lirismo. En ellos impera lo cotidiano, lo corpóreo, lo sensitivo. Su forma de recitar es sencilla y clarísima, con una gran capacidad para comunicar cada palabra. Aquí tenéis un fragmento de su poema dedicado a los pechos: Poem for the breasts.
Like other identical twins, they can be
better told apart in adulthood.
One is fast to wrinkle her brow,
her brain, her quick intelligence. The other
dreams inside a constellation,
freckles of Orion. They were born when I was thirteen,
they rose up, half out of my chest,
now they’re forty, wise, generous.
A continuación le tocó el turno a Montserrat Rodés (Barcelona, 1951). Es una poeta concisa, delicada y absoluta, con versos que pesan. Pero que, sinceramente, quedó un poco ofuscada por las dos voces anteriores. Más para leerla y releerla que para escucharla.
MIRARIA a través,
però no m’explicaria
res. Només m’acostaria
al misteri necessari.
Le tenía muchas ganas a Charles Simic (Belgrado, 1938). Como todos sabréis, hace poco le dedicamos un artículo. A pesar de su voz trémula y apagada, pudimos gozar de sus imágenes que combinan mundanidad con elevación. No faltó uno de sus poemas dedicados a la guerra (1938), cuyo título hace referencia al año en el que nació. A un servidor se le hizo demasiado corta su intervención.
Jo també em sento com un fantasma gloriós
anant a sopar
a un restaurant xinès que coneixia.
Hi havia un cambrer amb tres dits
que cada vespre em servia sopa i arròs
sense dir ni una paraula.
Desgraciadamente, Ewa Lipska (Cracovia, 1945) no pudo asistir debido a una enfermedad. En su lugar, una sustituta leyó en polaco un par de los poemas previstos para la noche.
La noche terminó con la voz de Elena Medel (Córdoba, 1985). Poeta y crítica literaria, tiene varios poemarios publicados. Divertida y contenida, compartió su pequeña suite de tres poemas Maceta de hortensias en nuestra terraza: ascenso / pulgón / caída. Sus versos combinan escenarios urbanos con juegos elaborados, todo ello con un estilo directo y absolutamente infalible. Fue un colofón magnífico para una noche que acabó siendo demasiado corta. Queremos más.
Fiel al mecanismo de la época en la que los narradores omniscientes
habitaban en cada personaje
ensayé la justificación: un balcón lleno de plantas
cultivando su propio idioma.