Mi búsqueda de referentes actuales en el mundo del stand-up comedy es un camino forjado de emoción y de frustración. De emoción, porque constantemente surgen nuevas promesas y es fácil acceder a todos sus contenidos. De frustración, porque cuando te apasiona un cómico y ya has visto sus dos o tres especiales en Netflix (de una hora cada uno) y has repasado las entrevistas y todo el material heterogéneo que hay por las redes y en YouTube, me quedo con un gran vacío. Esto me ocurrió después de devorar demasiado rápido todo el corpus de Anthony Jeselnik (del que os hablé aquí).
Mi último descubrimiento es el estadounidense Tom Segura. Si tuviera que describirlo con una frase, diría que es un chico bueno que juega a la incorrección política. Su aspecto sano y entrañable lo coloca en una categoría mental donde están tus vecinos, tus compañeros del colegio y ese primo al que nunca ves lo suficiente. Aunque juguetea con la provocación, no está a la altura de grandes clásicos como Bill Hicks o George Carlin, ni llega a ser tan ácido como Bill Burr, Iliza Shlesinger, Sarah Silverman o JC Currais.
Y ya que hablo de otros cómicos, con quien sí le encuentro un gran parecido es con Louis C.K., el cómico caído en desgracia públicamente por un escándalo hace unos años. Es curioso, es como si Tom Segura se hubiese instalado en el vacío dejado por Louis. No solo algunos de sus temas son parecidos, sino que a veces incluso me parece que su forma de hablar, de hacer vocecitas o de criticar a la gente es muy louisckeiesco.
Dicho esto, Tom Segura engancha con su forma de contar historias, su humor seco, su gestualidad y ese ritmo pausado con el que va generando expectativas hasta el remate narrativo. Con un tono sarcástico y paciente, va explicándonos historias de su vida que no desembocan en chistes rápidos, sino que nos abren la puerta a su forma de pensar, hasta que el público acaba riéndose con él de todo lo que a él le parece divertido.
Es incisivo y explícito en sus alusiones a la sexualidad, a las discapacidades, a la paternidad, a la pareja o a las idiosincrasias de la vida del cómico.
En Netflix puedes ver cuatro de sus especiales: Completely Normal (2014), Mostly Stories (2016), Disgraceful (2018) y Ball Hog (2020). Te recomiendo que los veas de forma cronológica, para ir siguiendo su evolución.
Poco a poco, Tom Segura ha ido perfeccionando su arte y puliendo su estilo, desarrollando una personalidad y un estilo únicos y reconocibles. Si ves uno de ellos, los acabarás viendo todos. Acabará fascinándote.
Como detalle curioso de su vida personal, Tom Segura habla en varias ocasiones sobre su madre, que es peruana. Tom habla un español bastante decente (aunque no como lengua materna). En 2019, lanzó un podcast llamado Tom Segura En Español (disponible en YouTube) con el objetivo de pulir su dominio de la lengua de cara a hacer espectáculos por Latinoamérica. Es muy entrañable verlo en modo gringo aprendiendo el idioma.