Ahora que ya hemos dejado atrás el 2020, celebramos una de las pocas cosas agradables que ocurrieron en ese año fatídico: la aparición un nuevo disco de la legendaria banda experimental Mr Bungle.
Para empezar, hay que matizar lo de “nuevo disco”. Los californianos no han compuesto un álbum con canciones nuevas, sino que han decidido hacer arqueología en sus raíces musicales y volver a grabar una maqueta que sacaron en 1986.
En The Raging Wrath of the Easter Bunnyy Demo, además de los miembros originales Mike Patton, Trey Spruance y Trevor Dunn, han participado los célebres Scott Ian (guitarrista de Anthrax) y Dave Lombardo (batería de Slayer, Fantômas y Dead Cross).
Esta alineación estelar ha grabado un álbum de canciones thrash metal de la vieja escuela, con algún que otro de los toques de humor habituales de la banda. Además, como era de esperar, han pulido bastante las asperezas de la maqueta original.
Este disco se diferencia mucho de los anteriores (¿o debería decir de los posteriores?). Paradojas temporales aparte, aquí no encontrarás los desquiciados sonidos carnavalescos de Mr Bungle (1991), la esquizofrenia de Disco Volante (1995) ni los experimentos pop de California (1999).
The Raging Wrath of the Easter Bunny Demo es un disco directo y sencillo de thrash metal con toques hardcore que resulta de lo más refrescante.
Aquí encontrarás riffs aplastadores, descargas de alto octanaje y toques muy divertidos (como la delirante ‘Hypocrites / Habla espanol o muere’, que es una especie de versión metalera de ‘La Cucaracha’).
Vuelve a la adolescencia con el frenético thrash de ‘Bungle Grind’, disfruta con los riffs desgarradores de “Methematics”, déjate aplastar por ‘Spreading the Thighs of Death’ y permite que te vuele la cabeza la slayeresca ‘Sudden Death’.
A destacar también ‘Anarchy Up Your Anus’, con unos riffs arrolladores y unas voces demenciales que me hacen pensar en qué hubiera pasado si System of a Down hubieran viajado en el tiempo para colarse en la grabación del primer disco de Metallica.
Se incluye también una versión de Corrosion of Conformity de su época más hardcore-punk (‘Loss for Words’, del disco Animosity).
En resumen, este disco es un festival del headbanging. Y por encima de todo, se puede intuir una gran diversión en el estudio, como un encuentro de antiguos amigos del instituto que deciden ponerse a tocar de nuevo para pasar la tarde. Ahora solo falta que el mundo vuelva a encauzarse y podamos disfrutar algún día de esta locura en directo.