‘Sparta’ y ‘Rimini’, de Ulrich Seidl. ¿Otro díptico inmisericorde?
Este año el señor Seidl -enconado aireador de las vergüenzas austriacas y, por ende, viviseccionador del irremediable declive europeo- nos ha entregado dos películas fronterizas rodadas al alimón, de esas que discurren en no lugares y con protagonistas perdidos en sus mezquindades, a la espera de recibir su justo castigo. Sparta (2022) se desarrolla principalmente