Pocas personas hay en este país que estén haciendo un trabajo didáctico sobre la música tan interesante como el que hace Susana Monteagudo en sus libros. Ha sabido combinar a la perfección el diseño gráfico, el periodismo y la gestión cultural en sus proyectos, en los que la música siempre ha tenido un papel importante, como buena melómana que es. Fue precisamente en 2013 cuando empezó su proyecto de gestión cultural Críos&Roll del que nos habla en esta entrevista que le hemos hecho a raíz de su excelente último libro, Amy Winehouse: Stronger Than Her dedicado a la cantante y compositora londinense y publicado por Lunwerg Editores.
En It’s Only Rock And Roll, Historia Ilustrada del Rock y Everybody Dance hacías un excelente trabajo didáctico destinado a niños y adolescentes. ¿Cómo surgen estos proyectos relacionados con la música y la didáctica? ¿Cuándo decidiste empezar este camino en el que mezclas tu pasión y tu trabajo?
Pues es una historia bastante larga que voy a intentar resumir… Hay cuatro ejes fundamentales en mi vida: la música, la informática, el diseño editorial y el periodismo. Yo soy periodista de formación y desde mi adolescencia mi principal foco de interés fue la música. Colaboré con algunas revistas y fanzines y tuve un programa de radio «Sueños Andróginos» junto a unas compañeras de carrera. En cualquier caso, mi perfil laboral se decantó por el diseño editorial debido a dos motivos: mi buen entendimiento con la informática y mi experiencia maquetando la edición valenciana de Mondo Sonoro desde 1997. No había mucho maquetador experto y mis conocimientos periodísticos me sirvieron para ejercer en este terreno de manera óptima. Pero después de ser madre y enfrentarme a eso de la conciliación laboral tuve una crisis de identidad laboral: no podía llevar el ritmo vertiginoso de los cierres de la editorial (de libros y revistas) en la que trabajaba. Era el año 2012 cuando inicié el proyecto de Críos&Roll, más como entretenimiento que como opción seria de empleo. Quería seguir activa en el mundo de la música sin renunciar a estar con mis hijos y por ello realicé un blog y diseñé actividades en esta línea: rock familiar. A partir de entonces me formé para trabajar como dinamizadora cultural y fui abriendo el abanico de intereses. Así que la didáctica surge tras mi contacto con la maternidad y todo lo demás ya venía de antes. Lo de hacer libros sobre la historia de la música enfocados a niños y niñas llegó por la necesidad de disponer de material para usar con mis hijos y para mis actividades. Al no encontrarlo, pensé en escribirlos… y de ahí a viene todo. Uf, ¡perdón por el rollo!…
En tu obra, das especial importancia al papel de la mujer en la música, ¿crees que se está dando el papel justo a las mujeres en la música que se merecen o aún hay mucho por hacer? A mi me da la sensación de que aún hay mucha lucha por delante. No sé si tienes la misma sensación.
Efectivamente coincidimos. De momento lo que percibo es una mayor proliferación de mujeres en el entorno del rock, tradicionalmente dominado por hombres. Es la evolución lógica. También es cierto que ante tal avalancha de propuestas, y muchas de ellas de gran calidad, hay una revalorización del papel de la mujer en el mundo de la música que también viene aupado por el auge del movimiento feminista. Pero solo hemos dado algunos pasos tras el estallido del punk: aún falta creérselo más allá de la pancarta y el eslogan. Sigue habiendo mucho machuno trasnochado y petulante que pone en entredicho las aptitudes de las mujeres para hacer esto o aquello o que disfruta con sangrantes comparaciones.
Amy Winehouse, Stronger Than Her es tu último libro. ¿Por qué este título? ¿Tiene algo que ver el hecho de que Amy tuviera tantas inseguridades a pesar de que su música fuera tan maravillosamente increíble?
El subtítulo es un juego de palabras añadido por Lunwerg tras valorar el rumbo y espíritu del contenido final del libro. «Stronger Than Her» es una reivindicación y tributo hacia su música: su único legado remarcable, más importante que su persona.
Este libro de Amy Winehouse parece destinado a un público más adulto. ¿Era esa la intención al escribirlo? ¿Cómo surge la idea de hacerlo?
El libro fue un encargo de la editorial. Ya tenían firmado el de Kurt Cobain para su nueva colección «Vidas Ilustradas» y me contactaron para ofrecerme este volumen. Yo creo que había interés en remarcar las vertientes de Amy menos sensacionalistas: música e imagen, y por ello pensaron en nosotras. Sí, el libro no tiene un enfoque familiar en origen, aunque por mi «deformación» didáctica es susceptible de ser consumido por todos los públicos o sí al menos en parte. Por el tipo de ilustración y por la estructura enciclopédica con temas y despieces, yo creo que nos ha quedado una obra de lectura ágil y bastante juvenil.
¿Qué es lo que más te atrae de la figura de Amy Winehouse?
Principalmente su genialidad musical y su capacidad como letrista. Me encanta su manera de expresarse, de narrar lo universal del desamor con un lenguaje explícito y grosero en el trasfondo culto y candoroso del jazz y el soul. Tras el proceso de documentación sentí también fascinación por su persona. Me gustaba verla hablar en los vídeos, era muy magnética. Algo así como Patti Smith, a pesar de sus diferencias. Dicen que tenía mucho carisma, era algo muy comentado entre quienes la conocieron. Supongo que también me atraen sus contradicciones vitales: su carácter fuerte y al mismo tiempo su inseguridad, sus modos rudos frente a su sensibilidad. Su dulzura, su humanidad y sus debilidades, que la hacían muy de carne y hueso. Y también su deseo de no exponerse al completo y ocultarse tras una imagen frívola, como hizo Marilyn Monroe, una de sus figuras más admiradas.
¿Cómo ha sido el trabajo de colaboración con la ilustradora del libro María Bueno conocida como Pezones Revueltos? ¿Habéis trabajado conjuntamente, los dibujos se han hecho en relación al texto o al revés?
Por parte de María hubo un trabajo previo de documentación y otro para adecuar su estilo a la figura de Amy: gamas de color, referentes, etc. Pero el trabajo de ilustración propiamente dicho, se iba gestando capítulo a capítulo. Yo le iba mandando mis textos conforme los acababa y ella se apoyaba en ellos pero decidiendo libremente.
¿Ha sido muy diferente de tus colaboraciones con Marta Colomer en tus anteriores libros?
El proceso de trabajo ha sido el mismo con ambas.
Si bien es cierto que Amy fue un genio musical, se ha hablado mucho más de ella por sus escándalos, sus malas actuaciones o sus relaciones sentimentales que sobre su música. ¿Por qué crees igualmente que se ha convertido en leyenda? ¿Y qué dificultades te has encontrado a la hora de documentarte para el libro por este hecho?
Supongo que, afortunadamente, la obra sigue estando por encima de todo lo demás. Amy tuvo que enfrentarse a los procesos propios de la sociedad patriarcal, que juzga y usa el comportamiento de una mujer como eficaz método de control. De ser hombre, sus adicciones y conductas hubieran dado para algún chascarrillo con palmadita de espalda incluida. Le tocó ser mujer y como tal fue juzgada. Este excesivo interés por su vida personal se plasma en los libros sobre ella, demasiado enfocados en este aspecto, exceptuando «Back to Black: Amy Winehouse’s Only Masterpiece» de Donald Brackett. En general, había mucha morralla (y en internet más) que tuve que ir filtrando.
Documentándote para el libro. ¿Qué datos que desconocías te han sorprendido sobre la artista?
Sobre todo su cultura extramusical. Desconocía su afición a la literatura y al cine de autor.
¿Qué diferencias ves a la hora de afrontar una biografía como esta que respecto a tus otros libros más didácticos en lo que se refiere a tu forma de acercarte a ellos?
La principal diferencia está en el nivel de profundidad que requieren. La documentación es más extensa y ardua en el caso de la biografía. Por otra parte, me resulta más natural y fluido escribir para adultos, puedo ser algo más creativa porque no tengo que estar buscando la forma más clara, sencilla y precisa de narrar algo. Y no me refiero tanto a vocabulario como a estructuras gramaticales fáciles de entender.
¿Te has planteado hacer algo parecido de forma más profunda, una biografía al uso de alguna artista? ¿Y de quién te gustaría escribir? ¿Quiénes son para ti tus ídolos musicales?
Me encantaría, la verdad. Ojalá tuviera el tiempo necesario para dedicárselo… Si lo encontrara creo que haría algo sobre otro de los malditos, Jeff Buckley. O sobre la mujer en la música española, con ese estallido a lo «riot grrrl» de la escena indie de los 90 y hasta nuestros días. También me gustaría hacer algún libro más en profundidad sobre rock, identidad y género, explorando sus puntos de transgresión histórica. Sobre mis ídolos musicales, muchos y variados: Leonard Cohen, David Bowie, Cole Porter, VU, PJ Harvey, Ella Fitzgerald, Nick Cave, Dusty Springfield, Burt Bacharach, The Jesus & Mary Chain, Pixies, Otis Redding…
Me parecen superinteresantes todos los talleres y actividades que haces para niños y niñas. Cuando te veo por instagram siempre pienso, ¡yo me apuntaría! Cuéntanos un poco en qué consiste tu proyecto de gestión cultural Críos&Roll y qué te impulsó a crearlo.
Tras ser madre quise seguir disfrutando de las cosas que me gustaban y no rendirme al mundo de la cultura infantilizada. Pensé que habría más gente como yo, odiando a los Cantajuegos y ese rollo… No me equivoqué. Mis talleres han ido ampliándose y además de esa vertiente Críos&Roll que se sustenta en la música, estoy bastante enfocada con el movimiento maker y la cultura hacker. Mis actividades bajo el nombre Tinkerea pretenden empoderar a niños y niñas en la creación activa frente al consumo pasivo.
Con las nuevas tecnologías, los niños viven la música de forma muy diferente a como la vivíamos nosotros. ¿Cómo crees que se acercan los niños a la música actualmente tu que trabajas habitualmente con ellos?
Los más pequeños, a través de sus padres. Eso no ha cambiado, aunque sí lo hayan hecho los soportes… Por eso debemos ser conscientes del tremendo poder que tenemos y la clave está en cómo usarlo. Yo siempre abogo por no agobiar… Todo lo que quieras introducir de manera forzada tiene efecto rebote. Pero con naturalidad y a pequeños sorbos, todo está bien. Cuando crecen ya tomarán de aquí y allí: colegio, amigos, youtube, juegos, cine, etc. En esa época experimentarán por sí mismos y más con la infinita oferta que tienen ahora… Pero estoy convencida que aquello que compartimos con ellos en su infancia se convierte en un valioso recuerdo que hace de poso y siempre regresa. Yo cruzo los dedos.
Fotos: María Carbonell