Este pasado Sant Jordi he sido muy afortunada. Por vivirlo en primera persona y muy bien acompañada por mi compañera de aventuras editoriales Moixonada y nuestro retoño, Rockeras de la A a la Z (editado por Redbook), pero también porque me tocó el sorteo de Sant Jordi de las bibliotecas de Santa Coloma. Y me tocó, además, un libro de una autora que hacía tiempo que quería leer, Sara Mesa. Muchas personas que conozco me la habían recomendado y el acierto ha sido pleno.
La familia de Sara Mesa es el relato, deslavazado, inconexo pero conexo al mismo tiempo, con sentido, de una familia a lo largo de varias décadas. Cada capítulo o relato, nos cuenta un fragmento de la vida de esta familia disfuncional, siempre desde un punto de vista distinto. Incluso des de la propia casa en la que conviven, en el capítulo que inicia el libro. El segundo capítulo nos presenta a Martina, la prima adoptada por la familia, cuyos padres murieron. Un elemento extraño, que de golpe y porrazo tiene que adaptarse a esa nueva familia, que tiene que llamar a sus tíos, Padre y Madre. Se titula este capítulo “¡En esta familia no hay secretos!”. Precisamente, en esta familia, lo que más hay son secretos. En cada rincón de esa casa. De hecho, parece que el secreto es la manera de sobrevivir.
A medida que avanza el libro, vamos saltando de un personaje a otro: Padre, Madre, Martina, Rosa, Aquí, Damián. En La familia, también saltamos de línea temporal. Empezamos cuando los niños son pequeños y avanzamos, sin seguir una línea cronológica en el tiempo, hasta la madurez. Con cada nuevo capítulo descubres un secreto más, una arista, un armario cerrado que se abre y te ayuda a entender ese caleidoscopio familiar enrevesado y retorcido en el que nada es lo que parece.
La familia. Esa cosa tan abstracta que todos tenemos y que tiene tantas formas, ninguna perfecta. Ese concepto tan trillado. Ese cajón desastre donde las personas tienen que avenirse tanto si quieren como si no. La familia, el sitio, probablemente donde los secretos tienen más sentido, pero al mismo tiempo, son un sinsentido. Esto y mucho más nos cuenta La familia de Sara Mesa. No quiero desvelar mucho más, tendréis que descubrirlo leyéndolo. Publica Anagrama.