Segunda incursión en la dirección del excelente actor Ralph Fiennes tras Coriolanus. De Shakespeare a Dickens, clásicos de la literatura inglesa. Aunque en este segundo proyecto The Invisible Woman, en el que también se reserva un papel destacado como el propio Charles Dickens, Fiennes no adapta un clásico de la literatura sino que nos cuenta la vida de la mujer que ocupó el corazón del famoso escritor en los últimos años de su vida. Un amor prohibido y oculto, una mujer invisible.
Dickens fue el novelista más famoso del siglo XIX, una estrella que diríamos ahora. Su fama le precedía y era reconocido allá donde iba. En el momento cumbre de su carrera, el éxito le sonríe pero el escritor vive un matrimonio infeliz, con 46 años y una gran prole de hijos, conoce a Ellen “Nelly” Ternan, una joven de 18 años hija de una viuda dedicada al teatro. Una mujer que se convertirá en su amante secreta hasta su muerte. Esta es la historia que cuenta The Invisible Woman, basado en la novela de Claire Tomalin.
Una película intimista, contenida, preciosista, con bellas imágenes que transmiten emociones como esos paseos angustiosos por la playa de Nelly o la felicidad de la estancia en Francia. Fiennes ha rodado una película clasicista, delicada y emocionante. Flashbacks a una vida pasada, ¿mejor? El pasado persigue a Nelly, la agobia y la angustia. ¿La culpa? ¿El remordimiento? ¿La añoranza? El pasado que le marcó, la gran historia de amor que vivió y que ahora recuerda desde la distancia, realmente la formó como persona. Vivió oculta tras la gran figura de Dickens, invisible a los demás e incluso a ella misma.
Maravillosa interpretación de una Felicity Jones inmensa, contenida y a la vez emotiva. A veces basta una mirada entre ella y Fiennes para decirlo todo. Ambas actuaciones excelentes y perfectas. Vuelve a contar con Kristin Scott Thomas como la madre de Nelly y Tom Hollander interpreta a su fiel amigo y cómplice, Wilkie Collins. Una película sobre un misterio que permanece así, como un misterio, insondable, un misterio que una mujer invisible se llevó con ella a la tumba. Porque su amor fue tan prohibido y secreto, que ni en las cartas de Dickens ni sus contemporáneos y amigos quedó rastro. Una mujer con la que vivió su última pasión, pero de la que apenas sabemos. Una mujer que desapareció en el tiempo, invisible. Un secreto muy bien guardado, como Nelly le dice a Charles en un momento de la película, todo el mundo tiene un secreto y nosotros somos el nuestro.