Popalina es el nuevo trabajo de Carolina Otero con sus fieles The Someone Elses que publica el sello No Aloha records. Otero es una de las grandes voces y compositoras de nuestras tierras. ¿Aún no la habéis escuchado? Con ella hablamos del disco, de su paso al castellano en las letras, de algunas de sus canciones, de los canales que conectan la poesía y la música y de mucho más.
En este disco te acercas a sonoridades más pop, sin dejar de lado el indie, ¿es algo que tenías claro o surgió así?
El álbum fue ideado para ser pop “impuro”, es decir, con mi filtro. Es importante destacar que no quería hacer un pop concreto sino mi propia formulación de este género que, por otro lado, es bastante amplio. Decidí agrupar en el mismo disco una serie de canciones afines por la preeminencia de los estribillos, cuyas letras contuvieran referencias populares (refranes, frases hechas, marcas, mi propio entorno, etc.). Paralelamente, estaba maquinando otras canciones más crudas, que provisionalmente en la banda nombrábamos como un todo a parte, un potencial Rocalina. Cómo he llegado a querer urdir un disco así no lo tengo del todo claro, sin embargo, imagino que haber escuchado durante mucho tiempo bandas como Alvvays, Snail Mail, Waxahatchee, Wolf Alice, Best Coast o Car Seat Headrest, entre otras, explica qué bagaje sonoro he acumulado previo a la gestación del álbum.
¿Es el título del disco consecuencia de ese sonido? ¿Qué es Popalina?
El título quiere declarar mi intención: un disco de canciones en apariencia sencillas, cantables, con estribillos memorables, letras que encajan naturalmente en la métrica que dicta la melodía. Al nombre “Popalina” llego jugando con la lengua; aparece tras cruzar mi mente “papelina”. Por tanto, mi inconsciente vinculó cierta música a la droga. Popalina podría querer decir “droga hecha de pop”, o lo que las y los oyentes quieran.
Y esta inspiración tan Superpop en la portada, ¿qué nos quieres decir con esa portada tan llamativa? ¿Eras lectora de la revista?
Estando en el estudio de Paco Loco, mientras grababa uno de mis compañeros, ya pensaba por dónde podría ir el arte del disco. En seguida me vino a la mente la revista que mencionas y me puse a hacer pruebas allí mismo con un programa básico de dibujo. Luego le conté la idea a Marc Volpini y la mejoró mil veces. Lo otro es muy prosaico: claro que he leído la Superpop, y me he puesto pósters de Sensación de vivir en la pared de mi cuarto adolescente. Es parte de mi imaginario y de mi generación. Creo que el arte del disco ha quedado fantástico.
¿Cómo surge una canción de Carolina Otero? ¿Primero la música y luego la letra?
Desde hace mucho tiempo, y diría que de modo sistematizado ya en 2015 con Diastema Girls, compongo primero la música y, después, encajo la letra en la melodía y siguiendo una estructura. Creo que funciona mucho mejor así y preserva especialmente la intención sonora.
Este disco es tu primer disco en castellano, ¿por qué este cambio de idioma?
A pesar de haber cantado ocasionalmente en castellano (por ejemplo, en Benidorm, 2013) de repente veo la necesidad de hacerlo concienzudamente para explotar mis propios recursos: escribo poesía desde la pubertad y acabo de publicar un libro nuevo tras el premio Irreconciliables. Me dije que era un buen ejercicio de estilo, sin pretensión de alcanzar más audiencia sino como mero trabajo artístico y para echarle un pulso a mi creatividad. Ha sido maravilloso trabajar los textos, he disfrutado mucho y quien llegue a las canciones podrá acceder más fácilmente a su lirismo. Es normal que la gente se perdiera mis intenciones poéticas cantando en inglés, aunque no lo desdeño, y en directo mantendremos parte de ese otro repertorio porque nos gusta.
Fuiste al estudio de Paco Loco en el Puerto de Santa María. ¿Cómo fue el proceso de grabación? ¿Y por qué repites con él tras Diastema Girls? ¿Qué le aporta a tu música?
Volvimos a grabar con Paco Loco porque ya la primera vez, con Diastema Girls, fue una experiencia estupenda para mí y para los componentes de la banda. Hemos aprendido mucho con él. Su oído y saber hacer sin duda favorecen los trabajos de pop. Es muy trabajador, está lleno de ideas, es rápido y eficaz y con él he ganado en confianza.
No todo es fantasía: la banda convivió unos nueve días y se trabajó muy intensamente porque mandaba el presupuesto. Todos nos fuimos cansados, obviamente. Pero, sin duda, si es posible, repetiré.
Háblanos de tu banda, los Someone Elses, ha habido algunos cambios en la formación, ¿no? ¿Qué crees que aporta cada uno a tu música?
Cuando fundé el proyecto allá por 2009, mi idea era que The Someone Elses fueran músicos itinerantes, pero he tenido bastante estabilidad a lo largo de 13 años. Desde 2013, está viajando conmigo mi estimado Dani Gurrea, el guitarra, que aporta, sin duda, versatilidad, sensibilidad y sabiduría. Roberto Timón a la batería comenzó en la banda haciendo algunas sustituciones ya en 2019, y fue naturalmente convirtiéndose en un miembro indispensable; no sólo es un baterista soberbio, sino que está muy implicado en el proyecto y su funcionamiento. Para acabar, Nick Simpson grabó los bajos de Popalina pero abandonaría la banda en septiembre de 2022. Nick es un bajista melódico y preciso, y por todo ello estoy agradecida. En la actualidad, nuestro bajista es Francis Palacios, quien se ha ganado un puesto de honor por su experiencia y vitalidad. Además de los aportes musicales, la banda es bien avenida, lo que creo que es fundamental en un proyecto cuyos miembros no son músicos de sesión. Hay que quererse, dejar el ego en la puerta, y buscar lo mejor para cada canción.
¿Cómo trabajáis las canciones como banda?
Normalmente llevo al ensayo las canciones bastante cerradas y les suelo adelantar maquetas para que se habitúen al sonido y se aprendan las estructuras. La banda aporta mucho a las canciones por lo que respecta a los arreglos dado que mis propuestas de bajo y guitarra son muy básicas. En lo que concierne a las baterías, a menudo me quedo únicamente en indicar un tempo o una intención, así que es genial poder haber contado para este disco con los cerebros y los corazones de los Someone Elses, y estoy muy agradecida porque hasta la fecha han creído en mis “freakadas”. Son los contrafuertes de mi modesta catedral.
Todos los temas los has compuesto tú, excepto, “Casémonos, Archie”, que es original de la banda Alvvays. ¿Por qué decidiste hacer esta versión? ¿Qué te atrae de esta canción?
La adapté durante el confinamiento, cuando muchas bandas hacíamos directos o vídeos para que nuestros proyectos no murieran. Creo que transmití una primera versión por Facebook. Seguramente elegí esta canción en concreto porque la original es estupenda, y porque yo vi que estaba contando mi vida amorosa entonces. El Archie de mi canción reaparece en “Sé dónde vives”.
La literatura forma parte de tu vida y de tu música. Es un buen ejemplo “Isla de Esconde” que se inspira en un fragmento del soliloquio de Segismundo de La vida es sueño de Calderón de la Barca. ¿Por qué este texto y esa canción? ¿Y qué aporta la literatura a tu música?
“Isla de Esconde” es otra canción de la pandemia y del confinamiento. A menudo me escondía en la buhardilla de mis padres, aislándome más, pues era duro todo entonces. ¿Quién no vivió ataques de ansiedad, quién no padeció insomnio? Solía hacer mis cosas en un escritorio que daba a las ventanas de la buhardilla y contemplaba las nubes, los pájaros, los atardeceres… miraba porque no podía salir. Se nos olvida que durante el confinamiento nos vigilaban y nos tenían en cierto modo bajo arresto domiciliario. Yo sentía que la naturaleza tenía más libertad que yo, que es justo lo que dice Segismundo. La literatura, pues, me aporta recursos. La tradición es una mina inagotable. Calderón de la Barca ya dijo en el siglo XVII lo que una sentiría en el XXI, en un confinamiento; yo solo estuve atenta al momento en el que eso tan valioso que escribió podía ser un recurso lírico en una canción.
A parte de la música, también eres poeta como decíamos antes, háblanos de tu último poemario Curso avanzado de perra, ¿de qué trata? ¿Qué temas te han inspirado para escribirlo?
Curso avanzado de perra se gesta según creo un par de años antes del confinamiento. Los textos son visionarios; se revelan emociones que yo no era capaz de explicitar por la vía racional. Muchos poemas ya me avisaban de que yo estaba sufriendo por un abandono en una relación venenosa (es decir, antes de que viviera un duelo por abandono, ya en mis poemas se manifestaba un dolor por falta de amor y de cuidados). Además del duelo, y al mismo nivel, está mi voluntad de querer decir de otra manera, de que mi poética evolucione. Hay un trabajo muy grande con la sintaxis en este libro, con el humor, con la autoparodia, con el intertexto y, con todo ello, también hay una posición feminista y política en el mundo: tomo posesión de la palabra en un momento de desvalimiento. Creo que por eso en uno de los poemas finales cito a la vikinga Lagertha,
¿Influye tu música también en tus poemas? ¿Son canciones en cierta manera poemas y al revés o son dos cosas totalmente diferentes para ti?
En mi poesía y en mis canciones pienso, escribo y habito yo. Esto, que parece una perogrullada, significa que obviamente hay trasvases y lugares propios a los que acudo; mi manera peculiar de mirar, el gusto por la etimología, mismos recursos poéticos… Sin embargo, un poema tiene una música propia, o ha de producirla, para poder entenderse en una lectura silenciosa, que es como normalmente leemos los lectores desde el siglo XVII seguramente. Las canciones son un noviazgo entre letra y canción, y el texto ha de estar enamorado de la melodía.
¿Cuándo podremos verte en directo presentado Popalina?
Tenemos varias presentaciones comenzando por Valencia: el 14 de mayo en el 16 Toneladas. Luego seguiremos por Gandía, Jérica, Tarragona, Teruel… Las grandes capitales son difíciles para una banda pequeña como la nuestra. Somos una banda pequeña que aspira a hacer canciones grandes, y eso nos da mucha hambre.
¿Cuáles son tus planes de futuro?
Queremos que el disco tenga vida fuera de la banda. Hemos invertido mucha emoción componiendo, arreglando, mezclando, buscando sello, consiguiendo conciertos… Ahora mismo los discos, los libros, las películas… tienen una vida muy breve por el ritmo vertiginoso del sistema capitalista. Queremos que Popalina dure en el tiempo algo más que un suspiro, así que tocaremos donde nos inviten. Queremos que la gente lo tararee, aunque “gente” sean cuatro gatos (o 200, que es la tirada del vinilo). Queremos seguir haciendo canciones, tenemos ya casi un disco nuevo terminado. Pero sin prisa, ya no tenemos prisa. Tenemos Popalina.
Puedes escuchar el disco aquí.