Citizenfour (2014)
Dir. Laura Poitras
Con Edward Snowden, Glenn Greenwald, Ewen MacAskill, Jacob Appelbaum, Julian Assange
Una habitación de hotel en Hong Kong es el escenario de una importante operación de desvelamiento de información, a la altura de lo que Julian Assange inició con Wikileaks. ¿Qué han tenido que ver Julian Assange y Edward Snowden? Pues que los dos son los que en inglés se denomina whistleblowers (los que tocan el silbato), un término ligeramente más glamuroso que chivato. Vaya, los que levantan la manta.
En este caso, sobre los programas de espionaje que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) ha estado llevando a cabo durante años en EE.UU. y, básicamente, en el mundo entero. Al levantarse la manta sobre estos procedimientos, se inició un enorme debate público sobre la privacidad y los derechos civiles. ¿Es lícito que el gobierno espíe a sus ciudadanos? ¿Que los espíe constantemente? ¿Que escuche todas sus conversaciones telefónicas y que rastree todos los contenidos que genera y escribe por internet?
Estamos hablando de la famosa Patriot Act, una ley estadounidense de nombre pomposo, creada después del 11-S, que permite al gobierno investigar y espiar a cualquier ciudadano si tiene indicios que puede estar desarrollando actividades delictivas o terroristas. Indicios es una palabra muy generosa.
Edward Snowden trabajaba de administrador de sistemas, ingeniero de sistemas y consultor en la NSA y tenia accesos a virtualmente todos los archivos, todos los perfiles, todos los casos y todos los drones. Snowden reflexionó largo y tendido sobre las actividades de la NSA y decidió denunciarlas.
Pero claro. ¿cómo denuncias a una entidad así?Pues contándole el caso a los medios y preparándote para desaparecer a algún rincón remoto del planeta donde ni siquiera el Gran Hermano pueda encontrarte.
Y esto es lo que hizo. Se puso en contacto con dos prestigiosos periodistas de actualidad (Glenn Greenwald y Ewen MacAskill), y los tres se dieron cita en una habitación de hotel de Hong Kong. Con una gran sobriedad y lucidez, Snowden procedió a explicarles paso a paso a los dos periodistas en qué consistían los mecanismos de espionaje de la NSA y por qué él creía que suponía una agresión contra la privacidad de la población estadounidense y global. Entre los tres analizaron y debatieron el asunto, hasta formarse una idea de la mejor estrategia para difundir la información. Y entonces empieza la fiesta.
A ver, esto no es una película de acción. No es Misión Imposible. No son las aventuras de Jason Bourne. No es Homeland. Esto es un documental en tiempo real. Y tiene un mérito indescriptible. La directora Laura Poitras, en su discurso de aceptación del Oscar al mejor documental, hablaba sobre el tema en estos términos:
“La información que ha revelado Edward Snowden pone de manifiesto no sólo una amenaza contra nuestra privacidad, sino contra la propia democracia. Cuando las decisiones más importantes que nos afectan a todos nosotros se toman en secreto, perdemos nuestra capacidad de controlar los poderes que nos controlan. ¡Gracias a Edward Snowden por su valor y por los muchos otros que han tirado de la manta. Y comparto este mérito con Glenn Greenwald y los otros periodistas que están exponiendo la verdad”.
Después de ver el documental, os recomiendo leer alguno de los artículos publicados por Snowden, como este del New York Times: El mundo le dice no a la vigilancia.