Hoy toca una de piratas. Ese género épico que apela al niño que todos llevamos dentro, a base de historias de corsarios, abordajes, banderas negras con calaveras y tesoros escondidos de valor incalculable. Con todos ustedes, Black Sails.
Black Sails (velas negras) es una serie de la emisora estadounidense Starz que nos traslada al Caribe a principios del siglo XVIII. La acción tiene lugar 20 años antes de los acontecimientos relatados en la novela clásica La isla del tesoro, del escocés Robert Louis Stevenson. La novela, publicada en 1883, relataba las aventuras del capitán Flint y su tripulación, entre otros personajes tan carismáticos como Long John Silver o Billy Bones.
La novela ha tenido una influencia indescriptible en el imaginario épico posterior. Todas las historias de piratas que se han contado (desde el videojuego Monkey Island a la saga Piratas del Caribe) beben directamente de la obra de Stevenson.
Con precedentes como estos, el éxito de esta serie estaba asegurado desde el principio. Muy mal lo tenían que hacer para fracasar con semejantes personajes, emplazamientos y temáticas. Y la verdad es que la serie no defrauda. Al contrario, tiene números para convertirse en un nuevo clásico.
La serie cuenta con todos los ingredientes para enganchar al telespectador. Aventuras, abordajes, tesoros, traiciones, luchas con espadas, intrigas políticas y una buena dosis de sexo.
Black Sails está protagonizada por el capitán Flint (Toby Stephens) y su joven asistente John Silver (Luke Arnold). Flint es un pirata temeroso y despiadado, un estratega brillante y un caballero refinado y educado. Motivado por la ambición y por la perspectiva de un gran tesoro, Flint no se detendrá hasta conseguir su objetivo.
Por su camino se cruzarán amigos y enemigos como el capitán Charles Vane, el divertido Jack Rackham, la gobernadora Eleanor Guthrie y la seductora e influyente prostituta Max. Entre ellos se tejerá una intricada red de tramas entrecruzadas, marcadas por la lealtad, la ambición, los pactos y las traiciones. Todo ello con mucha tensión y un ritmo tan trepidante que apenas da tiempo a respirar.
Se trata de una historia infantil enfocada a un público adulto, sobre todo debido a la abundancia de escenas de violencia y de momentos subidos de tono. Es algo así como una mezcla entre Juego de Tronos y Vikingos. Al igual que los dos ejemplos mencionados, Black Sails tiene tanto de épica de aventuras como de ficción sobre la lucha por el poder. De hecho, uno de los elementos más fascinantes de la serie será ver cómo se conspìra en los barcos, se forjan pactos en la taberna y se hace espionaje en uno de los escenarios más atractivos de la serie, el burdel.
Si te van los combates de espadas, la búsqueda de páginas perdidas, las mujeres empoderadas y los corsarios tropicales, esta es tu serie. Una advertencia. Si los primeros episodios no llegan a engancharte, sé paciente. Al final encontrarás el tesoro. La segunda temporada es más dinámica, emocionante y fascinante que la primera.