Baskets
Emitida por la FX (2016)
Con Zach Galifianakis, Martha Kelly y Louie Anderson
Me gusta Zach Galifianakis. ¿Qué le voy a hacer? Lo descubrí con ese pequeño caramelo que era Bored to death, una divertida serie de Jonathan Ames en la que un escritor neoyorquino (Jason Schwartzman) se hacía pasar por investigador privado en un ejercicio quijotesco y delirante. Zach hacía de su mejor amigo, Ray, un dibujante de cómics obsesionado con el sexo y los estupefacientes.
Luego vendría una trilogía de resacones sorprendentemente amena, a la que Zach le daba un toque de absurdo. Más tarde me enganché a un programa inclasificable presentado por Zach: Between Two Ferns with Zach Galifianakis, una serie de entrevistas inclasificables en las que Zach recibe a grandes personalidades literalmente entre dos helechos. Este programa va más allá de un talk show al uso. Es como los gags de Tertulianos de Muchachada Nui, pero con personajes reales. Aquí se trata de generar cierta incomodidad, de dejar a la gente estupefacta. Y lo logra con creces. Por su programa ha pasado gente como Brad Pitt, Bradley Cooper, Charlize Theron y el mismísimo presidente Obama.
Y ahora empieza a emitirse Baskets, una serie de la FOX creada por Louis C.K., Zach Galifianakis and Jonathan Krisel. En alguna ocasión ya he profesado mi admiración por Louis C.K., y el hecho de que sea el productor de Baskets es garantía suficiente.
Bienvenidos a la vida de Chip Baskets, un hombre con una única aspiración: ser payaso. Deja atrás su hogar y se muda a París para estudiar el arte del clown con los mejores. Poco importa que no hable el idioma y que sus profesores lo ignoren. Él quiere ser clown. Y lo será, cueste lo que cueste. A su regreso a los Estados Unidos, encuentra trabajo como clown de rodeo. Pero a él no le van los sombreros de cowboy y los toros. No. Él tiene claro que es un vehículo del arte en mayúsculas. Aunque tenga que soportar las risas del público y una cornada tras otra.
Sus compañeros de reparto son Martha Kelly y Louie Anderson. La primera hace de una mujer apática y anodina que se cruza en el camino de Chip y de alguna manera acaba convirtiéndose en su amiga. Por otro parte, el veterano humorista Louie Anderson encarna a la madre de Chip, una mujer desmesuradamente obesa cuya vida se centra en el consumo de refrescos gaseosos y en sus múltiples pares de hijos. El cuarto personaje principal es Dale Baskets, hermano gemelo de Chip, que evidentemente hace el propio Zach.
El ritmo lento, la temática cómico-depresiva y tipo de humor sutil e inexpresivo de la serie seguramente no será para todos los gustos. Pero si te gusta el absurdo y los humoristas que generan incomodidad (en la línea de Louis C.K. y Rick Gervais), te sentirás como en casa.
Hace poco leí una entrevista en la que le preguntaban a Miguel Noguera sobre el posthumor. Lo definía en los siguientes términos:
“Gente haciendo reír dinamitanto los esquemas que siempre habían servido, y consiguiendo un nuevo tipo de risa: mucha autodegradación (Rick Gervais es el rey aquí), mucho dar la vuelta al lenguaje, el propio y el de los medios, retorcer el gag, poner en primera línea los prejuicios mediante lo políticamente incorrecto… ¿cómo reírse ante el ridículo del personaje de “The Office” haciéndose el gracioso ante sus empleados? Risa y sudor frío a partes iguales. Dario Adanti hace una teoría […]: el humor como la representación sintética de la dinámica del fracaso, y el posthumor como algo que parte de la certeza de que todo es un fracaso”.
Ahí vamos. Autodegradación, fracaso y ridículo. Bienvenidos a Baskets, una comedia extraña, inquietante y adictiva.