72 horas haciendo el arty-victim en los Madriles
La cosa va tal que así, en déjà vu maldito. Porque llegas a las afueras de la capital después de meterte –nuevamente y sin querer- en esa radial que aseguraste no volver a transitar nunca jamás y pagar el correspondiente impuesto revolucionario. Te sientes como un piloto de pruebas en un anuncio de coches alemanes: