Finales de agosto, principios de septiembre
No recuerdo como especialmente memorable este título de Olivier Assayas con el que acabo de bautizar el artículo. De hecho, he comprobado que todo lo que me pareció “memorable” hace más de diez años, es susceptible de ser revisado (sin carácter de urgencia, eso sí). Apenas una escena subidita de tono con Virginie Ledoyen, a