‘Utoya, 22 de julio’, de Erik Poppe. Pagar por estar allí
El terror. O mejor dicho, el terror concebido y percibido a la manera occidental. Y no porque el sufrimiento que desencadena tenga una categoría menor, sino porque está intrínsecamente ligado a lo azaroso. A que “una cosa así no puede pasar en un país como este”. A nuestra consideración -desligada de cualquier discurso buenista– de