‘Tekkonkinkreet’, de Michael Arias: aprendices de dioses
Dos niños a manera de yin y yang, de amanecer y atardecer, de blanco y negro. Huérfanos, vagabundos esporádicamente crueles y vigilantes orgullosos del orden –inestable y muy relativo- que reina en Treasure Town. El nombre no deja de resultar irónico: la Takaramachi de tekkonkinkreet (traducible como “hormigón armado”) se nos antoja cualquier cosa menos