Malgorzata Szumowska. Malditos sean los crédulos
Malgorzata presenta a su hijo desde el otro extremo de la mesa, aunque nos advierte de que nos costará reconocerlo en la película (se junta todo: los cambios propios de la adolescencia y que el susodicho salude tras la preceptiva mascarilla). Dice que le gusta Barcelona. Y que se siente halagada por la retrospectiva que