Cuando fuimos héroes
El cine nació –quizás, puede, ¡por qué no!- para conjurar el pasado. Para invocarlo, reimaginarlo y moldearlo con la forma imposible (y muy exigente) de nuestras expectativas, de nuestras ansias… de nuestros recuerdos, básicamente. Ya no bastaba con mirar hacia atrás a través de un soporte químico deliciosamente perecedero. Rostros color sepia, escenarios amarillentos, exposiciones