‘Anatomía de una caída’, de Justine Triet. No sos vos, soy yo.
Si esto hubiese sido una película estadounidense -un Kramer contra Kramer (Robert Benton, 1979) al uso- no nos hubiésemos ido de la sala sin saber quién era el malo, cuál de los dos era más egotista; sin el imprescindible reparto de culpas, vamos. Si esto hubiese sido una película de divorcios catárticos -y ahora estoy