‘El juicio de los 7 de Chicago’, de Aaron Sorkin. La tropelía del ayer, la peliculita del hoy
Los norteamericanos son maestros de la indignación a posteriori. A toro pasado, su concienciadísima industria cinematográfica (no confundir con su sociedad) es capaz de parir hermosos cantos a la libertad del individuo (a la colectiva ya les cuesta más), trabajados ejercicios de ficción (basados en un hecho real, eso sí) diseñados para remover la conciencia